madrid - La infanta Pilar de Borbón, hermana mayor del rey Juan Carlos, repartió sus 83 años de vida entre el exilio y España, a donde regresó en 1967 después de renunciar a sus derechos a la sucesión a la Corona al casarse con alguien que no tenía sangre real. Nacida en Cannes el 30 de julio en 1936, pocos días después del estallido de la Guerra Civil, María del Pilar Alfonsa Juana Victoria Luisa Ignacia de Todos los Santos de Borbón y Borbón fue una mujer temperamental y de carácter fuerte que dedicó buena parte de su vida a labores benéficas y al mundo del deporte, en particular a la hípica.

El exilio de la Familia Real española llevó a doña Pilar a vivir sus primeros años entre Francia, Italia y Suiza -"tuve una infancia maravillosa y vivíamos divinamente, aunque sin lujos", rememoraba- y, a partir de los 10 años, en Portugal, en donde se casó en julio de 1967 con Luis Gómez-Acebo, aristócrata, pero sin linaje real. Ella misma reconoció que "estuvo en la mente de todos", entre ellos su familia, emparejarla con Balduino, el rey de los belgas, pero eligió "casarse por amor".

Su enlace morganático obligó a la primogénita de don Juan de Borbón y de doña María de las Mercedes a desmarcarse de la línea sucesoria en virtud de la Pragmática Sanción de 1776 de Carlos III sobre matrimonios de los miembros de la Familia Real, algo de lo que nunca se arrepintió. De no haber existido prevalencia del varón en la sucesión a la Corona, la nieta de Alfonso XIII hubiera podido aspirar a ser reina, pero renunció siete años antes de que lo hiciera también su padre en favor de su hijo Juan Carlos. Gómez-Acebo falleció en 1991 con 57 años a causa de un cáncer linfático y la infanta Pilar quedó al cuidado de sus cinco hijos, tres de ellos menores.

Además de los Borbones y de los Gómez-Acebo, tuvo una segunda familia, la asociación Nuevo Futuro, de la que fue presidenta de honor e icono de su rastrillo solidario anual. Su contacto con la ONG fue a través de una amiga, que la invitó a participar con la Polaroid que compró en EEUU en su viaje de boda un año antes de que la asociación se creara. "Me gustó la idea desde el primer día", recordaba Doña Pi, como era conocida popularmente. La tía de Felipe VI se vio envuelta en la polémica en abril de 2016 con los papeles de Panamá que desvelaban que fue propietaria de una sociedad desde 1974 hasta pocos días después de la llegada al trono de Felipe VI. Alegó que no incumplió "ninguna obligación que exigiera la legislación tributaria española" y negó que la disolución de la sociedad tuviera que ver con la abdicación de Juan Carlos I.