Echando la vista 25 años atrás, ¿esperaba estar donde está ahora, es decir, al frente de un proyecto consolidado como BuntPlanet?

La verdad es que desde el comienzo tuve ambiciosos planes para BuntPlanet. A la Ainhoa de hace 25 años le hubiera gustado llegar más lejos, crear más empleo, pero desde luego se cumplió su sueño en relación con el nivel tecnológico que ha alcanzado BuntPlanet. Hemos conseguido algo de lo que me siento especialmente orgullosa: crear un producto disruptivo para la gestión del agua que además ha sido seleccionado por la multinacional Siemens en Alemania para la incorporación a su portfolio de soluciones digitales para el agua. Teniendo en cuenta que es una de las empresas más innovadoras del mundo, en ese sentido he superado mis propias expectativas. Y como segundo paso, acabamos de lograr otro hito: crear una filial en China, algo que solo han conseguido 92 empresas vascas hasta ahora. La Ainhoa de hace 25 años ni siquiera hubiera soñado con esto.

¿Cómo recuerda aquellos primeros años al frente de la empresa?

Recuerdo que tuvimos que forjarnos en la gestión de la escasez, porque teníamos muy pocos recursos económicos, que suplimos con creatividad y un gran esfuerzo personal. También recuerdo la enorme ilusión que teníamos, la valentía y quizá la inconsciencia. Fue un momento único.

¿Qué les llevó a apostar por un sector tan estratégico y delicado como el del agua?

En BuntPlanet tenemos la convicción de que la tecnología y la innovación deben estar al servicio de la mejora del planeta. Tuvimos la fortuna de comenzar a trabajar para Servicios de Txingudi, una empresa pública muy comprometida con el desarrollo de Gipuzkoa y con una visión muy avanzada en relación con la transformación digital. Ese primer contacto con el mundo del agua nos permitió darnos cuenta de la gran importancia de este recurso esencial y decidimos poner una significativa parte de nuestra energía para tratar de resolver uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la humanidad: la crisis del agua. Se trata de un problema global, pero que tiene su efecto también en Euskadi, porque está relacionado con dos grandes desafíos: el cambio climático y la aparición de nuevos contaminantes.

¿En qué medida puede ayudar la inteligencia artificial en la gestión del agua?

Es una palanca clave. Se trata de una herramienta potentísima a la hora de detectar cualquier anomalía en la red de agua como puede ser una fuga o un problema de calidad de agua. Una detección temprana, obviamente, puede ahorrar muchos problemas. Contamos con algoritmos cada vez más sofisticados que predicen la demanda y que permiten realizar simulaciones como si fuera un gemelo digital. Somos la primera empresa en el mundo que ha implantado con éxito una tecnología disruptiva que se llama “sectorización virtual”. La ventaja de esta tecnología, que no solo afecta a la gestión sino también al diseño de las redes, es que permite trabajar con redes de agua más resilientes y con menores riesgos de problemas de calidad de agua. Y esto no solo tiene un importante valor económico, sino también social. Por esto último, estamos muy orgullosos de estar donde estamos.

En estos años han pasado de ser una empresa de ámbito local a estar en más de diez países. ¿Cómo ha sido este proceso de internacionalización?

Ha sido una evolución lógica, porque el problema del agua es un problema global. Y esto hace que sea un sector muy internacionalizado. El alto nivel tecnológico de nuestra solución nos ha permitido introducir BuntBrain, que así se llama nuestro ecosistema de soluciones para el agua, en países como Alemania, Suecia, Francia y Canadá. Nuestra tecnología está implantada por tanto en Europa y América, el siguiente paso es Asia, después de entrar en China. Y algún día África.

¿En qué medida les ha afectado o beneficiado la pandemia?

La pandemia nos ha causado problemas, como a todos, pero nos ha dado visibilidad. BuntBrain es una solución digital y con un impacto positivo en el medio ambiente. Nuestra tecnología se alinea de forma casi milimétrica con el Pacto Verde Europeo y las nuevas políticas que se están desarrollando a nivel mundial. Si bien, la estrategia verde, digital e inclusiva era pública antes de la pandemia, en estos meses se ha confirmado que es una apuesta estratégica sin vuelta atrás.

El hecho del levantar una empresa desde cero no es nada sencillo. ¿Si tuviera la oportunidad volvería a emprender?

Volvería a emprender, aunque esta vez con mayores recursos. Porque los proyectos que me interesan tienen que ver con grandes transformaciones, como la del sector del agua, que requiere fuertes inversiones.

¿Qué recomendaría a los jóvenes que están iniciando sus proyectos empresariales?

Les diría que apunten alto y se rodeen de un equipo extraordinario. Y que tengan fortaleza y resistencia. Emprender puede ser la aventura de sus vidas.