Representantes de la corporación municipal de Irun, la Diputación de Gipuzkoa y el movimiento feminista de la ciudad se han concentrado este lunes ante el Ayuntamiento para expresar su repulsa por la agresión machista presuntamente cometida por un anciano a su mujer el pasado sábado en el domicilio de ambos.

Los participantes han mostrado su rechazo en silencio tras una pancarta morada con los lemas en euskera y castellano "Irun contra la violencia machista", que han portado la presidenta de la asociación Bidasoaldeko Elkarte Feminista, Maritxu San Pedro, y otras miembros de esta asociación.

La protesta había sido convocada por el Ayuntamiento irundarra este pasado domingo, después de aprobar y difundir una declaración institucional de condena del ataque, que tuvo lugar en la madrugada del sábado, día 29, en una vivienda del municipio.

La Ertzaintza detuvo al presunto agresor, un anciano de 86 años, acusado de un delito de "violencia de género", aunque después de permanecer en dependencias policiales fue puesto en libertad a la espera de comparecer ante el juez, según informó el Departamento de Seguridad, que agregó que la víctima, también de avanzada edad, sufrió algún tipo de lesiones que, en principio, no parecían revestir gravedad.

La portavoz foral, Eider Mendoza, la concejala de Elkarrekin-Podemos, Eukene López Muñoz, varios concejales, técnicos y otros trabajadores municipales, entre otros participantes, han permanecido durante un cuarto de hora tras la pancarta y se han dispersado.

La Diputación de Gipuzkoa, además de haberse adherido a la convocatoria, ha difundido este lunes una declaración institucional de rechazo "firme y contundente" a la agresión machista y de "solidaridad" con la víctima y sus allegados.

Mendoza ha manifestado que "la desigualdad y el machismo" son "un problema social de base estructural" y la violencia, "la expresión más extrema de este tipo de sometimiento machista".

Tras reivindicar la igualdad entre mujeres y hombres, y "la dignidad, la libertad y la integridad física" de todas las personas como "derechos inviolables", ha destacado que " las conductas que atentan contra" los mismos "no tienen cabida en nuestra sociedad, en ningún tipo de contexto".