Personal sanitario del Hospital de Basurto ha explicado que en el acceso a los pabellones no hay controles ni limitaciones horarias para las visitas durante el día, y ha constatado que, antes del secuestro de un recién nacido el pasado miércoles, ya se habían producido otros "incidentes con intrusos", como robos en habitaciones.

Fuentes del personal que trabaja en el pabellón Iturrizar, que alberga la zona de partos, la maternidad, las urgencias de ginecología y el área de cirugía de maxilofacial y otorrino, han comentado en declaraciones a EFE que "las visitas tienen libre acceso a las habitaciones en cualquier momento" y esa situación ha generado "algunos incidentes, como robos en habitaciones o al personal del hospital".

El centro sanitario cuenta con personal de seguridad privada en el exterior de los pabellones y que vigilan el acceso de vehículos al recinto, si bien solo entran a los pabellones cuando hay algún incidente o si, por ejemplo, salta alguna alarma de incendios, han indicado.

En el pabellón Iturrizar "solo se restringe la entrada en la zona de partos y de neonatos", pero "las visitas pueden entrar en las diferentes habitaciones hasta que encuentran a las personas que van a visitar". Los vestuarios para el personal sanitario requieren de una tarjeta individual para entrar.

Han explicado que, tras el rapto, agentes de la Ertzaintza que llevan la investigación tomaron declaración a todo el personal de turno en el momento del suceso.

Los profesionales de Basurto han considerado que la propia estructura de las instalaciones del recinto hospitalario hace que sea "muy difícil de controlar", con varias puertas peatonales que dan a la calle y que, además, una vez dentro del recinto cada edificio tiene varias puertas y, además, hay túneles subterráneos que comunican los diferentes pabellones de uso exclusivo para profesionales sanitarios, en los que "también se pueden colar otras personas".

"Será más fácil garantizar la seguridad en hospitales con solo una o dos puertas a la calle", han opinado.

De hecho, según se aprecia en las imágenes de las cámaras de seguridad hechas públicas por la Ertzaintza, la presunta secuestradora accede al centro por la calle Capuchinos, una puerta ubicada junto al aparcamiento de los profesionales del centro.

"Entró ya vestida con ropa para sanitarios, por lo que se deduce que pudo acceder antes y robar un pijama, que se guardan sin llave". Por ello, cuando después "esa mujer entró a la habitación donde raptó al bebé, la madre pensó que era una trabajadora de Osakidetza y aceptó que se llevara al niño".

Hasta hace unos años cada bata llevaba el nombre de la persona trabajadora pero, por protección de datos, se retiró esa identificación, han añadido.

Han coincidido en que el personal de urgencias de partos explica "siempre a las madres, o a otros familiares" la conveniencia de no separarse del bebé durante la estancia en el hospital y que las pruebas médicas se harán a pie de cama, "pero la verdad es que son situaciones límite, con mujeres que llegan apuradas y con dolores, en las que lo principal es garantizar su atención médica y la del recién nacido".

"Es lógico que a veces no se recuerde o incluso que a veces, por esa urgencia, puede que no se entre en detalle", han señalado.

Una mujer de 24 años permanece detenida en dependencias de la Ertzaintza como presunta autora del secuestro de un recién nacido, perpetrado en la noche del pasado miércoles en el Hospital de Basurto, y que fue localizado a primera hora de ayer en buen estado en el barrio de Santutxu de la capital vizcaína.