La tripulación del buque de rescate Aita Mari expresó ayer su preocupación por el “retraso” de las inspecciones a las que debe someterse la embarcación, antes de partir a una nueva misión humanitaria en el Mediterráneo central.

El buque permanece estibado en la localidad castellonense de Burriana, a falta de la inspección para renovar los certificados y de recibir los permisos pertinentes, tras lo que estaba previsto que pudiera zarpar a partir de mañana, según informó el lunes el Gobierno Vasco en un comunicado.

La ONG que gestiona el Aita Mari, Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), informó ayer que la Capitanía Marítima finalmente llevó a cabo esta inspección, si bien se le informó de que este examen había sido dividido en dos partes, la segunda de las cuales tendrá lugar el 4 de noviembre.