El consumo de alcohol y drogas es parte de la fiesta, y el ambiente que se crea origina diferentes comportamientos. Así, mientras los hombres visiblemente alcoholizados o drogados "dejan de tener atractivos para las mujeres", ellas a pesar de encontrarse en esa misma situación lo siguen siendo a ojos de los varones, lo que les convierte en “presas de un mayor acoso y de violencia de tipo de sexual, no solo por parte de un individuo sino también de grupos”.

La nueva guía presentada esta semana por el Gobierno Vasco para la reflexión y actuación ante las agresiones machistas en espacios culturales se hace eco de distintos informes del observatorio Noctuambul@s, cuyas investigaciones constatan los diferentes comportamientos entre ellos y ellas en un ambiente de “masculinidad hegemónica”.

Una realidad que la guía resume en una frase: “La vulnerabilidad como atractivo es preocupante”. El documento señala que “las mujeres lo saben y por eso crean estrategias para defenderse, muchas de ellas inadecuadas o insuficientes para el tipo de evento donde se producen”, cita el informe editado por Emakunde.

Un aspecto, el de la vulnerabilidad, sobre el que ha incidido esta semana el abogado Kenari Orbe en declaraciones a este periódico. Desde el punto de vista del reproche penal que puede suponer “aprovecharse” de esta serie de situaciones en las que hay alcohol de por medio, lo que hasta ahora era un abuso, pasará a ser agresión.

El cambio lo trae consigo la ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida como la ley del sólo sí es sí, que será aprobada definitivamente en el pleno de esta próxima semana. “El cambio es sustancial, puesto que no solo se va considerar agresión sexual cuando se induce a alguien a hacer algo de lo que no es consciente, o cuando se emplee la violencia, sino que también se va a tener en cuenta las situaciones de vulnerabilidad, como puede ser una borrachera”, señala el letrado.

Lo cierto es que, a la hora de prevenir las conductas violentas, la prohibición del consumo de alcohol o drogas ha tenido escaso resultado, por lo que en los últimos tiempos se está haciendo un mayor énfasis en el consumo responsable. De manera similar, añade el Gobierno Vasco, la prevención de la violencia sexual y sexista basada en el control de la conducta de las mujeres “no solo es ineficaz, sino que supone dar por buena la restricción de su movilidad y libertad” para disfrutar de los eventos culturales de todo tipo.

Es por ello que es necesaria una labor de prevención, según recoge la guía, que incide en “la responsabilidad que tienen los individuos y el colectivo en garantizar que los eventos culturales y festivos "sean seguros para todas y todos” para evitar la “impunidad de los agresores, al negar o minimizar sus conductas”.