Un total de 2.004 personas han sido admitidas a tratamiento en centros ambulatorios de la CAV por problemas de salud derivados del consumo de sustancias psicoactivasconsumo de sustancias psicoactivas. En cuatro de cada diez casos el alcohol es el causante de los problemas clínicos, psicológicos o sociales, y el 21% de los pacientes son atendidos por su dependencia de la cocaína, sustancia con la que la mitad de estos pacientes lleva coqueteando más de quince años en la mitad de los casos.

Son datos del Sistema de información sobre Toxicomanías, un registro poblacional de las consecuencias en la salud derivadas de estos consumos, en el que se incluye tanto el inicio del tratamiento, la asistencia a urgencias y la mortalidad.

Se define como psicoactiva toda sustancia que introducida en el organismo por cualquier vía de administración -ingerida, fumada, inhalada, inyectada, entre otras- produce una alteraciçon del funcionamiento del sistema nervioso central, la cual modifica la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento. Consumos que pueden generar dependencia, y que motivan cada año más de 2.000 admisiones a tratamiento ambulatorio, incluyendo en esta estadística el alcohol.

CANNABIS: LOS MÁS JÓVENES

El documento, publicado el mes pasado, se centra en el año 2020, y lo hace con todas las cautelas ya que a causa de la pandemia por covid-19 los datos de los indicadores se vieron afectados. Se constata un descenso del número de tratamientos en todas las sustancias excepto en los hipnosedantes. Hay, pese a todo, una constante: al igual que en años anteriores, las personas que se ponen en manos de profesionales sanitarios por consumo de cannabis son las más jóvenes.

La edad media de los 348 pacientes atendidos por dependencia a la marihuana es de 29,6 años, y dos cada diez tienen entre quince y 19 años. Los jóvenes vascos son los que antes se inician en el consumo de cannabis, en torno a los catorce años, atraídos por una sustancia que, en su versión terapéutica, podría estar a punto de legalizarse en el Estado.

El Congreso de los Diputados está ultimando un informe para pedir al Ministerio de Sanidad que autorice la comercialización de derivados de la planta. De recibir luz verde, el Estado se sumaría así a una cuarentena de países (diez en la Unión Europea) donde esto ya sucede. Su uso, en todo caso, quedaría muy tasado, descartando una legalización con fines recreativos, según recoge el borrador del informe, que apunta a la necesidad de evitar precisamente “que se pueda incrementar la oferta y el consumo, como ha ocurrido en otros países”.

El informe vasco detalla que transcurren algo más de diez años desde que se inicia el consumo de esta sustancia hasta que surge en algunas personas la necesidad de someterse a un tratamiento médico. Así se desprende de la estadística del Sistema de información sobre Toxicomanías, que recoge que la edad media de los consumidores de cannabis que se ponen en manos profesionales se sitúa en los 28,9 años.

NIVEL DE ESTUDIOS

Respecto al nivel de estudios, en todas las sustancias predominan las personas que solo han finalizado la Educación Primaria. El informe refleja que tienen más formación quienes se someten a tratamiento por consumo de anfetaminas o alcohol. De las 883 personas atendidas por problemas con la bebida, el 25,5% ha finalizado Bachillerato o ciclo formativo de grado medio, y el 11,8% ha cursado estudios superiores.

En el caso del alcohol, los años 2001, 2013 y 2018 fueron los que mayor número de admisiones a tratamiento registraron, reflejándose un aumento paulatino de las mujeres que solicitan ayuda desde el inicio del registro hasta la actualidad. Según el informe del año 2020, un total de 248 mujeres se sometieron a tratamiento por alcoholismo en Euskadi.

En todos los casos -heroína, anfetaminas, cocaína, cannabis y alcohol- la proporción de hombres (78,9%) es muy superior a la de mujeres, que suponen dos de cada diez tratamientos.

Con respecto a la situación laboral de las personas atendidas, el mayor número de casos se concentra en quienes se encuentran actualmente en situación de desempleo con una experiencia laboral previa (31,7%), seguido de pacientes con contrato indefinido o autónomos, perfil al que responde el 26,7% de las personas sometidas a tratamiento.CONSUMOS LETALES: 68 PERSONAS FALLECIDAS

El informe también recoge la cara más amarga de este tipo de consumos. Un total de 68 personas fallecieron por reacción aguda a sustancias psicoactivas. El 75% son hombres con una edad media de 45,6 años. El 25% restante, mujeres de unos 51 años.

La sustancia más frecuente detectada en personas fallecidas por reacción adversa a sustancias psicoactivas fue nordiazepam, una benzodiacepina de acción prolongada y de propiedades similares al diazepam que fue identificada en el 50% de las defunciones. En segundo lugar figuran medicamentos antidepresivos (45,6%), metadona (36,3%) y cocaína (32,4%).

El perfil del consumo de sustancias de las personas que pierden la vida tras estos consumos ha ido evolucionando en los últimos años. La heroína, que se encontraba en el 92% de los fallecidos en el año 2000, ha pasado a colocarse en un 29,4% de los casos.

El trabajo también recoge las atenciones que se prestan en los servicios de urgencias debido al uso de estas sustancias. El informe se centra exclusivamente en el Hospital de Cruces. Para el estudio de la muestra se revisaron 14.610 episodios de los que seleccionaron 208. El 68,8% de las mujeres y el 53,1% de los hombres tenía una patología psiquátrica previa, principalmente trastornos de personalidad y del comportamiento. La ansiedad, la agitación, agresividad e irratibilidad fueron los síntomas más presentes durante el ingreso.