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La Iglesia guipuzcoana da un paso al frente para ofrecer una “respuesta global”

Articula una estrategia conjunta con cuatro entidades a través de una red de acogida de larga estancia para migrantes

La Iglesia guipuzcoana da un paso al frente para ofrecer una “respuesta global”

donostia - La atención de emergencia que requieren los migrantes en tránsito convive con la de quienes hacen un alto en el camino, y pasan a convertirse en vecinos de una sociedad que, con frecuencia, no es precisamente una alfombra roja lo que les tiende bajo sus pies. Convertir las migraciones en una oportunidad para el desarrollo de los pueblos requiere de “una cultura de acogida” y una “hospitalidad” que defendió ayer a ultranza la Iglesia guipuzcoana, que ha decidido dar un paso al frente para articular una estrategia conjunta con el fin de remar todos a una.

Con ese objetivo se presentó ayer en Donostia la red Migrantes con Derechos de Gipuzkoa, la primera de estas características que se constituye en Euskadi y que importa un modelo de trabajo que ya se venía desarrollando en el Estado.

Las entidades promotoras de esta red son la Pastoral Diocesana de Migrantes; Confer, el sector social de la Compañía de Jesús y Cáritas Gipuzkoa. En suma, un millar de voluntarios que a partir de ahora trabajarán de la mano con “una mirada c ompartida” sobre el hecho migratorio.

“control de flujos” Hospitalidad, dignidad y derechos. Son las tres claves de trabajo que entienden imprescindibles para atender a las personas migrantes y refugiadas. Parten de la premisa de que la actual situación no es solo una emergencia sino el resultado de una política “orientada exclusivamente al control de flujos”. “Estamos ante una situación que no afecta solamente a las personas en busca de protección internacional sino a la diginidad y a los derechos de todas las personas”, expuso Leire Atxega, de la Pastoral Diocesana de Migrantes. “El principal problema que encuentran es el trabajo. Necesitan un empleo remunerado, aunque sea por horas, teniendo en cuenta los tres largos años que les aguardan para regularizar su situación”, incidió Atxega, que compareció junto a Mabel Cenizo, responsable de Cáritas Gipuzkoa; Arantxa Odriozola, del sector social de la Compañía de Jesús e Isabel Arrizabalaga, de la Conferenia Española de Religiosos, Confer.

Teniendo en cuenta el trabajo que hasta ahora desempeñaban por separado y que ahora pasará a ser conjunto, la red atendió el año pasado a más de 8.000 personas cuyo deseo es asentar en el territorio su proyecto de vida. Incidieron especialmente en la situación de vulnerabilidad de las mujeres (destinatarias del programa Miriam de Cáritas Gipuzkoa), y de los jóvenes extranjeros, atendidos en Lagun-tza Etxea y Loiolaetxea. “Las personas en situación administrativa irregular lo tienen tremendamente difícil, especialmente los perfiles de baja cualificación en el terreno laboral”, aseguró Cenizo.

Mientras se va despejando el incierto futuro que aguarda a estas personas, la labor de las cuatro entidades pasa por “acompañar, acoger, asesorar jurídicamente y escuchar”. La red denunció las causas de las migración involuntaria, como son “los conflictos armados, la pobreza y la desigualdad”, y mostró su convicción de que las migraciones son una oportunidad para el desarrollo de los pueblos “ya que nuestras propias sociedades se configuran ya como espacios de mestizaje”. - Jorge Napal