En la amplia gama de encierros que se celebran todos los veranos en Navarra, el más singular sin duda es el de Falces, más conocido como el del Pilón. Las vaquillas se sueltan en lo alto de un cerro y por un revirado camino de tierra y piedras bajan disparadas abriéndose paso entre los atrevidos corredores. Foto: Unai Beroiz
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