El león de circo al que no le dejaban crecer
2 Raquel Segura
Valencia - Magnus es un leoncito de cuatro meses que trabajaba en un circo como reclamo para que el público se hiciese fotos con él, aunque, como no querían que creciera, no fue bien alimentado, causándole un problema en el esófago que le impedía comer alimentos sólidos y del que será operado gracias a una ONG.
"Lo utilizaban como un atractivo turístico para hacerse fotos con él a 20 euros la foto, iba de mano en mano", explica en declaraciones a Efe Iván Jiménez, fundador de la ONG Let's Adopt, que corre con los cargos de la recuperación del pequeño león, cuyo esófago se encogió de tal forma por la malnutrición que solamente lograba ingerir alimentos líquidos. Precisamente, el hecho de que comenzara a perder peso y energía, dejando de ser útil para su "trabajo", es lo que a la postre le ha salvado la vida, ya que un animal de estas características no podría seguir sobreviviendo solo a base de líquidos. Afortunadamente, sus dueños decidieron llevarlo a la consulta de un veterinario que detectó el problema.
A Magnus le han diagnosticado una estenosis o, lo que es lo mismo, un estrechamiento del esófago, seguramente una combinación entre un problema congénito y la desnutrición sufrida. Ahora necesita ser sometido a varias intervenciones quirúrgicas para que los veterinarios puedan dilatarle el esófago de manera gradual y conseguir que pueda comer carne y alimentos sólidos. Según Jiménez, en espectáculos ambulantes como algunos circos, interesa que los cachorros sean lo más pequeños durante el mayor tiempo posible "para que el negocio continúe, no les interesa que crezca". Let's Adopt, una ONG que habitualmente se encarga de perros y gatos, ha decidido correr con los gastos de la intervención que necesita el leoncito para ser "casi, casi" como uno más de su especie y que rondarán los 4.000 euros.
El pequeño Magnus lleva menos de un mes bajo los cuidados de los veterinarios del Hospital Veterinario Valencia Sur de la localidad valenciana de Silla y, aunque aún no hace honor a su nombre, ya ha doblado su peso. Cuando llegó, pesaba once kilos y ahora, tres semanas después, ha llegado hasta los 22 kilos y ya casi tiene la misma energía que cualquier cachorro de león de su edad. "Hemos logrado ofrecerle una alimentación adecuada, y el crecimiento está siendo el correcto", explica Nelo Civera, responsable del Servicio de Animales Exóticos del Hospital Veterinario Valencia Sur.
Aunque "hace dos meses que ya debería ser capaz de tragar carne, solamente podía pasar leche". Ahora Magnus puede comerse un kilo de pechuga de pollo triturada en dos tomas cada día, si bien será "un enfermo crónico de por vida", como confirma Civera. "El leoncito ahora es capaz de ingerir alimentos que antes no podía, pero va a necesitar que le machaquen la comida de por vida", explica este veterinario experto en animales exóticos.
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