Bilbao. Ni un solo día. Apenas unas horas, ese fue el tiempo que presuntamente tardó un profesor de primaria del colegio Goikolanda de Erandio Goikoa (Bizkaia) en volver a abusar de uno de los menores que se encontraban a su cargo tras el regreso de las vacaciones de Navidad. Su ansia habría sido su perdición. Su peor error. Lo que le delató y le llevó a prisión, donde se encuentra actualmente. La Ertzaintza aprovechó las tres semanas de asueto navideño del centro escolar para desplegar en sus instalaciones un dispositivo de video vigilancia, gracias al cual, tan sólo unas horas después de haberse reiniciado el curso, se pudo inculpar al sospechoso. Ahora, el presunto pedófilo, de 46 años, se encuentra recluido en la prisión de Basauri acusado de abusar de, al menos, cinco alumnos de corta edad.
No existían indicio previos. Nada que hiciera sospechar. Ni padres ni docentes podían saber lo que estaba sucediendo realmente en la intimidad del colegio, de apenas 193 alumnos. Por ello, la llegada de la Er-tzaintza en la mañana del pasado lunes al colegio cogió a todos por sorpresa. La Policía vasca rompió la tranquilidad del centro cuando llegó con una orden de detención para uno de sus tres maestros. Una orden de detención por un presunto delito de abusos sexuales a, al menos, cinco de los pequeños del centro, que acabó con el profesor de 46 años entre rejas después de abandonar el centro esposado, según las fuentes consultadas. En la tarde de ayer, el arrestado pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao, que ordenó su ingreso en la prisión de Basauri.
Según indicaron desde el Departamento vasco de Interior, la Policía sigue la pista de este presunto pedófilo desde hace varios meses. La investigación comenzó con la denuncia de los padres de un menor de cinco años que, al parecer, fue una de las víctimas de los tocamientos del profesor de este colegio. Los investigadores centraron sus sospechas sobre uno de los tres profesores masculinos del centro. Hace apenas dos semanas, aprovechando las vacaciones de Navidad de las que disfrutaban los alumnos y los 30 empleados del centro, el juez ordenó la instalación de un sistema de audio y video en el recinto escolar para obtener las pruebas incriminatorias que permitieran la identificación del profesor. La Policía comprobó que, al menos, otros cuatro menores fueron víctimas de los tocamientos del detenido, por lo que continúan con la investigación para determinar si el número de víctimas de los abusos sexuales es aún mayor.
El arrestado aprovechaba las clases de desdoble en las que tenía a su cargo a un grupo reducido de alumnos para quedarse solo con alguno de ellos y llevar a cabo los abusos. En ocasiones, también llevaba a los pequeños a su despacho, donde cometía los tocamientos. Según se especificó desde Interior, en ninguno de los casos hubo violación ni agresión sexual.