Pasan los años, el proyecto txuri-urdin de Roberto Olabe adquiere horas de vuelo y la Real Sociedad se dota de una estructura que le permite solventar con naturalidad las vacantes de calado. Xabi Alonso ha completado un ciclo de tres cursos dirigiendo al Sanse y deja el clubSanse, quedando libre el banquillo del filial blanquiazul. El director de fútbol ha podido, sin embargo, solventar la situación mediante los movimientos más lógicos que puede deparar el estado actual de las cosas. El entrenador de la Real C, Sergio Francisco, sube al propio Sanse. El tercer equipo, mientras, pasa a ser dirigido por quien llevaba las riendas del División de Honor juvenil, Mikel Llorente. Y el cargo que deja este lo recibe ahora Lander García, un prometedor técnico de solo 26 años que se ha encargado durante las dos últimas campañas de los equipos cadetes.

Sergio Francisco:justo premio a cinco temporadas de méritos

El Sanse será la próxima temporada, en la Primera RFEF, un recién descendido desde Segunda de cuyo banquillo sale Xabi Alonso después de tres años a los mandos. No resultaba descabellado pensar en que Roberto Olabe buscara fuera del club al nuevo entrenador del filial, pero el director de fútbol ha optado por la sucesión más lógica y natural. Así, promociona al técnico de la Real C, Sergio Francisco.

El irundarra sube al segundo equipo porque era el más próximo en el escalafón, obviamente. Pero lo hace sobre todo por los méritos contraídos durante el último lustro. Es decir, su acceso al Sanse no responde a un movimiento casi mecánico, sino a un trabajo sobresaliente que ha dado sus frutos, tanto en lo colectivo como en lo individual. Y es que Sergio Francisco ha acumulado cinco temporadas como entrenador de la Real C, tiempo durante el que ha pasado por sus manos buena parte de la generación que condujo al Sanse al histórico ascenso de Almendralejo.

El objetivo en la factoría de Zubieta reside en el crecimiento de los futbolistas para su posible incorporación al primer equipo, tarea que el técnico irundarra ha combinado exitosamente con la dirección de la tercera plantilla del club. Al concluir el curso 2020-21, con motivo de la reestructuración de categorías en el fútbol estatal, la Real C se ganó con brillantez un billete para la nueva Segunda RFEF. Pero la cosa no quedó ahí. En el recién concluido curso, la escuadra txuri-urdin no ha acusado su condición de recién ascendida e incluso ha obtenido la clasificación para luchar por un nuevo ascenso, inaccesible en realidad al haber bajado el Sanse a Primera RFEF.

La promoción de Sergio Franciso al primer filial es fruto de su trabajo en el largo plazo, pero situar el foco sobre esta última campaña habla de su confirmación dentro de un contexto competitivo más exigente. Su Real C ha sabido combinar fidelidad a unas señas de identidad (valentía, iniciativa, dominio del balón y juego en campo rival) con matices muy acusados a la hora de ejecutar la idea troncal. El técnico irundarra ha demostrado capacidad de lectura previa para adaptarse a circunstancias dispares (terrenos de juego, rivales...) y modificar el sistema del equipo, así como las vías y los flancos desde los que hacer daño al adversario. El próximo curso podrá poner en práctica todo lo descrito en una categoría superior.

Mikel Llorente: paso adelante para una trayectoria de sacrificios

Mikel Llorente no alcanzó como futbolista lo que su hermano Joseba, pero sí llegó a jugar en el Sanse, antes de colgar las botas en el equipo de su pueblo, Hondarribia. Lo hizo cuando compaginaba ya el campo y los banquillos, ya que además de competir en la División de Honor Regional entrenaba en las categorías inferiores del club. Terminó dirigiendo a la plantilla senior, antes de tomar una decisión compleja pero valiente: en 2016 dejó su empleo porque el modo en que trabajaba, a turnos, le impedía completar el último curso de entrenador, el de nivel Nacional.

Se marchó a Madrid y durante aquella temporada 2016-17 que dedicó a completar su formación conoció al sevillano Guillermo Abascal, quien durante el verano posterior recibiría una oferta para hacerse cargo del Chiasso, equipo de la segunda división suiza. Este aceptó y reclutó al propio Llorente como segundo, otorgándole un año de experiencia que fue antesala del aterrizaje en la Real. Coincidiendo con la primera pretemporada de Roberto Olabe como director de fútbol, el hondarribiarra fue incorporado para ser el adjunto de Jon Mikel Arrieta en el División de Honor juvenil. Tras dos cursos en el cargo, Llorente dirigió al Easo durante la campaña 2020-21, y en la recién concluida ha sido el técnico de la primera plantilla juvenil. Esta ha concluido quinta la liga, eso sí, con un colofón perfecto, la victoria de la última jornada en el derbi de Lezama ante el Athletic (1-2).

Llorente asume ahora el reto de acompañar a parte del grupo al que ha venido dirigiendo en su proceso de crecimiento, ya en categoría senior. El listón está alto, pues su nuevo equipo, la Real C, viene de completar una gran temporada en Segunda RFEF de la mano de Sergio Francisco, obteniendo una tercera plaza final que significó el billete para el play-off.

Lander García: un cargo relevante en el club con solo 26 años

Cuando Lander García jugaba en el cadete del Touring, hace apenas diez años, entrenaba a los alevines del club. Dos temporadas más tarde, ya como juvenil, compaginaba sus pinitos como futbolista con la dirección del equipo infantil, y fue entonces cuando se dio cuenta que lo suyo era el banquillo, iniciando una precoz trayectoria como técnico. Con solo 19 años, dio un paso adelante y se hizo cargo de los juveniles del Añorga, completando un ciclo de tres cursos que llamó la atención a los rectores del Antiguoko.

En el club donostiarra le reclutaron durante el verano de 2018, y no para ocupar un cargo cualquiera. Ofrecieron a García el banquillo del División de Honor juvenil, convirtiéndole en el técnico más joven de esta categoría en el Estado: el errenteriarra solo tenía 22 años, apenas cuatro más que la mayoría de sus pupilos. Pasó dos temporadas en Berio, tiempo suficiente para que la Real pusiera sus ojos en él. Además, durante aquel período su Antiguoko llegó a ganar en Zubieta (0-1), gracias a un gol que denotó en el equipo celeste la personalidad de su entrenador: circulación desde atrás ante una presión alta txuri-urdin, hallazgo del hombre libre y ataque vertical para decidir el encuentro.

En plena fase aguda de la pandemia, ya de cara a la temporada 2020-21, Lander se incorporó al organigrama blanquiazul. De inicio asumió las riendas del Cadete de Honor, la segunda plantilla txuri-urdin en la categoría, con la que conquistó el título de liga. Durante este último curso, mientras, García ha dirigido al cadete de Liga Vasca, que ha concluido el campeonato en segunda posición, detrás del Athletic. Dando continuidad a la tónica de su trayectoria, el técnico de Errenteria pasa ahora al juvenil blanquiazul de División de Honor (cargo relevante en el club) a una edad muy temprana, 26 años.