l Athletic perdió el domingo contra el Celta, un resultado que, unido a un hipotético triunfo del Betis en la final de Copa, tendría efectos importantes en la situación clasificatoria de la Real. Con solo 18 puntos por disputarse, los rojiblancos, octavos, quedan a diez. Si el propio Betis se alzara con el título en La Cartuja, mientras, los siete primeros de la Liga tendrían garantizado un billete europeo. El equipo de Imanol certificaría por lo tanto, aunque solo fuese de modo virtual, su tercer pasaporte consecutivo. No es poca cosa.

¿en qué torneo?

Lo que pasa es que Europa tiene sus matices, concretamente tres. Puedes jugar la Champions. Puedes competir en la Europa League. Y puedes, finalmente, disputar la recién creada Conference. Cualquier debate al respecto se antojará absurdo. La Real tiene que pelear cada partido como si fuera el último, con el objetivo de terminar lo mejor clasificada posible. Afortunadamente, con esta plantilla podemos respirar tranquilos: nuestros futbolistas no se van a guardar nada, y si la mismísima Liga de Campeones se pone a tiro intentarán asaltarla. Sucede, sin embargo, que los rivales directos no son malos equipos precisamente, y que la batalla se presume exigente. Todos celebraríamos como merece entrar en el máximo torneo continental. También recibiríamos con alegría renovar el acceso al segundo de ellos. Pero... ¿Y si disputáramos el tercero?

Lecciones del pasado

Si la Real termina jugando la próxima Conference League, el propio equipo de Imanol nos ha marcado el camino a seguir durante los últimos años. Cuando ha tocado medirse al Becerril o al Panadería Pulido, el míster se ha cansado de repetir que cada partido oficial defendiendo este escudo supone la obligación de competir al máximo, discurso que ha llegado a hacer extensible a los amistosos. Después, con hechos y no con palabras, ha predicado con el ejemplo: alineaciones reconocibles, actuaciones serias sobre el césped y victorias más o menos holgadas, muy alejadas de los bochornos de antaño.

la conference

Si este equipo se ha empleado así cuando ha tocado, qué menos que replicarle nosotros en cuanto a actitud si solo nos cae la pedrea europea. Una pedrea, por cierto, mucho más exigente que las rondas coperas mencionadas en el párrafo anterior. Lo que más sorprende, y aquí quería yo llegar, es escuchar menosprecios hacia la Conference en el entorno de un club, la Real, que no supera una eliminatoria de fase final europea desde hace 24 años. ¿Acaso nos pasearíamos en el recién creado torneo? Este nos deparó el pasado invierno liguillas de poco caché futbolero, con presencia de clubes estonios y gibraltareños. Unos meses después, sin embargo, nos ofrece ahora un cuadro de postín, Roma-Leicester y Marsella-Feyenoord. De aquí saldrán los finalistas de Tirana el 25 de mayo, un duelo que se jugará el miércoles posterior a la última jornada de Liga y que nos ayudará a ponerlo todo en su justa perspectiva.