Echando la vista atrás, al 3 de abril del año pasado y ese penalti ante el Athletic en la final de Copa, Mikel Oyarzabal, que venía de una racha negativa en lo que a lanzamientos desde los once metros se refiere, recuerda que a ese día llegó "con las ideas claras". No le da mucha importancia a esa racha negativa. "El momento en el que lo fallas, te duele, porque nadie quiere fallar, pero luego, echando la vista atrás, ves que las cosas habían ido muy bien, la confianza de mis compañeros e intentas relativizar todo", aconseja un futbolista para quien en aquel momento "la responsabilidad no era pequeña". Sostiene que "había cierto punto de responsabilidad. Pero yo tenía la tranquilidad de que si se daba, tenía claro lo que iba a hacer, tenía confianza en mí mismo. Cuando el balón entra, ese punto de liberación lo puedes tener, pero fue más esa responsabilidad con uno mismo de hacer las cosas bien".

Andrés Iniesta, tras marcar el gol de Sudáfrica que hizo campeón del Mundo a España, escuchó el silencio. Oyarzabal reconoce que "no te das mucha cuenta de las cosas que pasan alrededor de ti. Se te nubla un poco todo. Luego, viéndolo repetido, ves detalles, cosas. Son momentos que sí se te quedan grabados, pero también se pierden muchos porque son momentos de mucha tensión", rememora.