- No fue el mejor final posible. La Real encajó el sábado ante el Villarreal su cuarta derrota consecutiva en el campeonato de Liga, cerrando así un 2021 que, a la hora de ser analizado, exige tomar un poco de distancia y valorar la trayectoria txuri-urdin con la frialdad que otorga una mayor perspectiva. El equipo deja atrás el año en el que ha vuelto a ser campeón, más de tres décadas después. El año en el que ha sellado, vía Liga, un segundo pasaporte europeo seguido. Y el año en el que, hasta la fecha, ha logrado dar continuidad, de agosto a diciembre, a todo lo bueno que venía haciendo últimamente. El estado de ánimo no es actualmente el mejor, en plena racha negativa, pero la fotografía del presente apunta a una escuadra sexta en el torneo doméstico y clasificada para las próximas eliminatorias de Copa del Rey y Europa League.

Las sensaciones generales y el palmarés hablan de un 2021 más que positivo, circunstancia que refrendan las estadísticas. Durante el año, la Real ha disputado un total de 53 partidos oficiales, 39 de Liga, cinco de la Copa del Rey, ocho de la Europa League y otro de la Supercopa. De estos 53 encuentros, los txuri-urdin han ganado 24, han empatado quince y han perdido catorce. No se trata de un mal balance, si tenemos en cuenta que en la Liga se han sumado 65 puntos de 117 posibles (más de la mitad), que en la Copa se ha conquistado un trofeo y que, tras el varapalo europeo de marzo ante el Manchester United, se ha superado una liguilla sumamente complicada para optar a eliminar aquella espina contra el RB Leipzig.

La eliminatoria ante los alemanes implicará un importantísimo examen para la mejoría que, si nos ceñimos al juego y escapamos de las cifras, ha experimentado el equipo durante los últimos tiempos. Aunque los últimos partidos de Liga parezcan desmentirlo, lo cierto es que la Real está mostrando esta campaña una cara menos brillante pero más competitiva y efectiva. Cuesta afirmarlo tras la goleada del Villamarín ante el Betis (4-0) y tras un partido (el del Villarreal) perdido por culpa de groseros errores defensivos, pero el cuadro txuri-urdin viene ofreciendo una cara más competitiva en contextos de ritmos más pausados. Ya no necesita correr y agitar los encuentros para optar a ganarlos. Se vio, por ejemplo, ante Mallorca (en inferioridad numérica) y PSV. Saber jugar también sin apretar el acelerador puede suponer una buena herramienta para encarar el duelo ante el propio Leipzig.