Rubén Silva jamás olvidará todo lo que vivió ayer en la visita de la Real Sociedad. El central canario jugó los primeros 45 minutos y se las vio y deseó con Alexander Sorloth. Al término del encuentro tuvo el premio de quedarse con la camiseta del atacante noruego. Pero más allá de la elástica, el defensor se queda con todo lo que vivió. "Parecía un día de Champions para nosotros", asegura.

"Fue un espectáculo, una fiesta, el ambiente, la afición, los equipos, el trato de la Real Sociedad, que fue exquisito tanto de los jugadores, como del entrenador, que para mí es top, y del vicepresidente, con el que pude hablar", reconoce el jugador del Panadería Pulido, que tuvo "los pelos de punta" durante toda la jornada. "La verdad es que fue un espectáculo, un día súper bonito. Lo disfruté en el campo y luego en el banquillo. Lo disfruté como un niño", asegura el canario.

Agradece que la Real se tomara el duelo "muy en serio". Para Rubén Silva, Imanol "puso una alineación muy seria, y con los cambios quería rematar". En su opinión, el Panadería Pulido intentó "competir bien". Eso sí, "pagamos el inicio por novatos, porque estábamos muy nerviosos". Reconoce que "no estamos acostumbrados al césped natural y nos pasó factura. Pero pudimos mantenernos y creo que competimos bien. En el segundo tiempo nos acercamos a su área y les dimos algún susto". Para Rubén Silva, "el resultado es lo de menos, disfrutamos".

Su objertivo, tal y como reconoció en una entrevista concedida a este periódico, era conseguir la camiseta de David Silva, pero la lesión del canario, echó por tierra sus deseos. Al final, consiguió la de Sorloth, el jugador al que le tocó marcar. "Ese hombre es como el Teide", sostiene entre risas. "Es un jugador muy bueno, de mucha corpulencia, de espaldas a la portería cubre muy bien el balón. Al final pude hablar un poco con él, bueno lo poco que le entendí".