- Aquella final del 27 de junio de 1987 tuvo un protagonista absoluto: Luis Arconada. El mítico portero de la Real, que ayer cumplió 67 años, fue el autor, con su parada, de una explosión de alegría, no solo de la afición que pobló las gradas de La Romareda, sino la de toda una provincia que se lanzó a las calles para la celebración de un título.

Una vez que Ramos Marcos, colegiado de aquel encuentro, decretó el final de la prórroga, sus compañeros, John Toshack y hasta el propio Iñaki Alkiza, presidente txuri-urdin por aquel entonces, se mostraban tranquilos. Bajo palos estaba Luis Arconada, leyenda vida del conjunto blanquiazul. El No pasa nada tenemos a Arconada sonó más fuerte que nunca y ahí emergió la figura de un portero que jugó un total de 551 partidos con la Real Sociedad, y que colgó los guantes en 1989, a punto de cumplir los 35 años.

Ese 27 de junio, junto a Luis Arconada, formaron de inicio Sagarzazu, Gorriz, Gajate, López Rekarte, Larrañaga, Dadíe, Zamora, López Ufarte, Bakero y Txiki Begiristain. También jugaron el malogrado Musti Mujika y Martín Beguiristain, dos secundarios, pero que a la postre resultaron decisivos en una tanda de penaltis inolvidable en la que Luis Arconada se llevó la gloria con esa manopla salvadora que hizo que la Real Sociedad volviera a levantar una Copa. Además de Mujika y Martín Beguiristain, también anotaron desde los once metros, Bakero y Larrañaga. Antes, durante los 90 minutos de juego, López Ufarte y Txiki batieron la meta de la portería defendida por Abel