La Real Sociedad recibe este domingo (18.30 horas) al Real Valladolid, un rival que aterriza en Anoeta con el agua al cuello. Para salvarse, el cuadro pucelano debe recuperar en dos jornadas tres puntos al Huesca, encarando un calendario complicado: después de medirse hoy a los txuri-urdin, la semana que viene tendrá enfrente al Atlético de Madrid. Su entrenador, Sergio González, fue el artífice del ascenso en 2018. Y, ya en Primera, comenzó por dotar a su equipo de un sello muy sólido, siendo la blanquivioleta una escuadra de bloque bajo y entramado defensivo muy fiable.

Así se salvaron los castellanos en 2019 y 2020. Para la actual campaña, mientras, el técnico ha tratado de buscar una vuelta de tuerca adicional, dotando a los suyos de un estilo más agresivo y osado. Pero el peso de la mejoría ofensiva que esto ha supuesto se ha visto superado por la magnitud de los problemas atrás que tanto han ido penalizando. Por juego y por ocasiones, el Valladolid ha merecido en varios partidos mejores resultados de los que ha cosechado. El escaso dominio de ambas áreas, sin embargo, le ha llevado a su situación actual.

TRES POR DENTRO

En sus últimos partidos, el Valladolid ha apostado por juntar a tres centrocampistas en zonas interiores, repartiéndose otras tantas alturas dentro de una especie de 4-1-4-1. Así actuaron en Mestalla el pasado domingo (3-0) y el jueves en casa contra el Villarreal (0-2), como se aprecia en las imágenes.

Los dos últimos partidos del equipo pucelano, en cualquier caso, han resultado muy distintos. En Valencia tuvo que llevar la iniciativa durante gran parte del choque. Y se empleó como acostumbra en estos contextos. Recurrió mucho a la salida de tres escorando a un centrocampista (Míchel en la imagen, con círculo ROJO) a central derecho, proyectando al lateral diestro Janko (AZUL) y metiendo dentro al teórico extremo Óscar Plano (BLANCO). Suelen elegir la banda derecha para funcionar así. En la izquierda, mientras, tienden a mantener a dos futbolistas más fijos (Olaza y Jota en AMARILLO)

Contra el Villarreal, ya en desventaja, recurrieron a movimientos muy similares, como apreciamos en esta imagen, en la que se repiten los colores para cada rol en el ataque vallisoletano.

Abriendo así el campo, los de Sergio han logrado encontrar superioridades interesantes en zonas interiores. Este es solo un ejemplo, con Roque Mesa, quien viene actuando como interior izquierdo en una tercera altura de la medular, recibiendo a la espalda de los pivotes del Valencia.

LA PRESIÓN MEDIA-ALTA

En lograr situaciones como la anterior se ha visto reflejada la mencionada evolución del Valladolid con el esférico. Sin embargo, a partir de aquí le está faltando acierto en el último pase o en el remate para traducir este trabajo en más goles y en mejores resultados. Le sucede hasta el punto de que sus dos mejores ocasiones en estos encuentros no han llegado tras fases de elaboración, sino en transiciones tras robo, dentro de contextos de presión más agresiva que la de temporadas anteriores. Estas son las recuperaciones previas a las oportunidades de Jota en Valencia y El Yamiq contra el Villarreal.

SIN BALÓN

Todo lo ya expuesto resulta interesante para la Real, que también debe evaluar el modo en que el Valladolid puede hacerle daño. Pero quizás los txuri-urdin hayan hecho mayor hincapié, en sus análisis previos, en el modo en que el Villarreal gestionó el jueves sus fases de dominio en Zorrilla, un contexto que apunta a repetirse en Donostia, al menos de inicio. Los amarillos apostaron desde un principio por hacer una salida de tres retrasando a Capoué a central diestro, como se aprecia en la siguiente captura.

Y esto desajustó de inicio a un Valladolid cuya intención de arranque residía en soltar a Roque Mesa a apretar arriba para dibujar una especie de 4-4-2 en fase defensiva.

¿Qué sucedió? Que el Villarreal convirtió el derecho en su lado fuerte. Mesa (ROJO) tenía que echar una mano con Capoué. El extremo Toni Villa (BLANCO) se veía fijado por Rubén Peña. El pivote Joaquín (AZUL) ayudaba a tapar el movimiento interior de Trigueros. Y por la parcela encontraban los de Emery superioridades constantes, aquí con la caída de Gerard Moreno (zona NARANJA). Así cocinaron los amarillos su marcada superioridad durante los 20 minutos iniciales.

Por lo que uno lee, el entrenador Sergio González está siendo muy criticado en Valladolid. Pero es un técnico con cintura y buena lectura de los partidos, capaz de cambiarlos con buenos ajustes. El jueves supo diseñar una nueva estructura defensiva para adaptarse a las circunstancias. Aquí vemos cómo, ya en el minuto 21, el extremo Toni Villa (BLANCO) es quien se empareja con Capoué. Y cómo el propio Sergio cambia de perfil a San Emeterio (ROJO), anteriormente pivote derecho en el 4-4-2 defensivo y ahora pivote izquierdo durante un tramo de la primera parte.

Así, el Valladolid tapó mucho mejor esa zona naranja en la que veíamos antes recibir a Gerard Moreno. Y terminó con la clara superioridad visitante en el arranque de partido. Eso sí, el Villarreal supo detectar dónde hacer daño una vez realizado el ajuste del Pucela. El espacio en el que dañar ya no estaba a la espalda de Roque Mesa, entre pivote, extremo y lateral. Estaba ya a la espalda de los mediocentros blanquivioletas (Joaquín y San Emeterio, marcados en BLANCO). Aquí vemos cómo el movimiento fuera-dentro de Moi Gómez permite a este recibir en el espacio AMARILLO.

Este segundo tipo de recepciones interiores se repitieron durante el tramo final de la primera parte, dentro de un contexto de superioridad del Villarreal, pero ya mucho menos marcada. Con su ajuste, Sergio logró empezar a neutralizar el juego de los de Emery. Después, durante el descanso, el míster del Valladolid apostó ya por subir el bloque y apretar al adversario mucho más arriba, con el objetivo de estar más cerca del gol y de la victoria. Aquí vemos dónde pasó a situarse en muchos lances el equipo pucelano.

Le salió bien, porque pasó a mostrarse superior al Villarreal. Le pudo salir aún mejor, porque esta actitud más agresiva en la presión se tradujo en esa clarísima ocasión de El Yamiq con 0-0 que veíamos antes. Y sin embargo terminaron penalizándole los riesgos inevitables que conlleva ir a buscar arriba a un equipo como el Villarreal. La continuación de la imagen anterior la vemos aquí, en la génesis del 0-1. Pau Torres regatea a Wassman (ROJO) y El Yamiq (BLANCO) da tres pasos hacia adelante para tapar a Trigueros en la zona AMARILLA que analizábamos previamente.

Esto permitió a Pau Torres buscar la espalda del central marroquí con un muy buen envío a Gerard Moreno. El lateral Nacho llegó a la cobertura, pero una muy buena maniobra del delantero provocó el 0-1.

El Valladolid lo intentó después de todas las maneras. Terminó actuando con tres centrales, dos carrileros, dos centrocampistas y tres delanteros que poblaban el área para aprovechar los avances por fuera. Pero no aprovechó, principalmente, una ocasión que se le presentó a balón parado y terminó recibiendo la sentencia. Su racha es la que es: solo ha ganado un partido durante la segunda vuelta. Y su situación es la que es: tiene muy complicada la permanencia. Sin embargo, las sensaciones que ofrece sobre el campo apuntan a que se trata de un equipo vivo en lo futbolístico, a quien la falta de acierto en el último tercio de campo le está penalizando mucho. También lo hacen descuidos en la retaguardia que otras temporadas no cometía, seguramente porque se mostraba menos agresivo en la fase sin balón.