- Sin tiempo para relamerse las heridas, la Real pernoctó en Madrid y ayer por la mañana se ejercitó en Valdebebas, la Ciudad Deportiva del Madrid. Como suele ser habitual en los días después de partido, los titulares hicieron trabajo de recuperación y los suplentes en cambio se ejercitaron a gran ritmo, tal y como le suele gustar exigir a Imanol. La gran noticia fue que David Silva, Adnan Januzaj y Robin Le Normand no tuvieron problemas para completar la práctica al mismo nivel que el resto de sus compañeros por lo que en principio los tres estarán disponibles para la final ante el Valladolid.

Una vez acabada la sesión, en la que Illarramendi se reencontró con su pasado blanco, y almorzar, la expedición txuri-urdin emprendió el viaje de regreso vía avión con llegada prevista a Hondarribia a las 17.30 horas. La plantilla volverá a entrenarse hoy y mañana a las 11.00 horas y mañana en las dos sesiones que acometerán antes del encuentro del domingo.

En otro orden de cosas, la Real volvió a sentirse perjudicada por la actuación del colegiado Cuadra Fernández en el Wanda. Algo volvía a oler bastante raro después de que a los siete minutos, el madrileño no señalara una clara falta a Sagnan que obligó a Oyarzabal a derribar a Suárez al borde del área.

A partir de ahí sus decisiones favorecieron casi siempre a los locales con dos jugadas muy polémicas. Un codazo de Savic a Oyarzabal, en una jugada idéntica a la que se pitó en El Sadar la víspera como penalti de David García. Luego está el tema de las manos, que no paró de castigar a los blanquiazules además con una actitud bastante chulesca y retadora dándoles explicaciones poco convincentes a jugadas en las que se equivoca con gravedad porque los realistas como Portu o Zubimendi tenían los brazos pegados al cuerpo. Sin embargo, como la retransmisión, que solo emitió una repetición de forma incomprensible, no quiso saber nada de la posible mano de Llorente en el área. La acción admite dudas, pero sí parece que le puede dar en la pierna.