La Real Sociedad se impuso este jueves al Celta en Anoeta. Los txuri-urdin sumaron tres puntos de oro en un partido loco durante su primera hora, que el equipo de Imanol Alguacil supo apaciguar a lo largo del tramo final. En cualquier caso, dentro del contexto abierto aceptado por ambos equipos, el plan blanquiazul contó con trabajados y exitosos matices que allanaron el camino hacia el triunfo, y que situaron al oriotarra por encima de Coudet en la batalla de las pizarras.

1- Dos presiones asfixiantes

La Real saltó al campo ordenada en 4-1-4-1, pero dispuesta a modificar su dibujo en las fases de presión alta para ajustarse al esquema del rival. Como se aprecia en la imagen. Gorosabel abandonaba a Nolito (Aritz pasaba a ocuparse de él) para apretar al lateral Aarón. Y Januzaj dejaba a este para apretar al central Murillo. El resultado de todo ello, un arriesgado uno para uno en todo el campo.

El Celta también fue valiente en la presión. Aunque, como se aprecia en la zona naranja de la izquierda, no quiso renunciar a la superioridad numérica atrás (cuatro contra tres). Ordenados en un 4-4-2 con rombo en la medular, los vigueses prefirieron flotar al lateral txuri-urdin más lejano al balón, como se observa en la captura de pantalla: Monreal queda libre ya que Brais se ha tenido que ocupar en primera instancia de Guridi. (En la banda, Imanol marca a Remiro el pase al propio Monreal).

2- El ida y vuelta

Ambos equipos propiciaron con su agresividad y sus bloques adelantados un partido muy abierto, panorama ante en el que la Real muestra un sistema trabajado y buscado. Para empezar, los de Imanol pensaron siempre en la opción más profunda, envíos largos a las diagonales de Isak. Dentro de los tres ejemplos ilustrados por las imágenes, cabe resaltar que el primero corresponde al posible penalti de Murillo sobre el sueco, y el segundo al penalti de Iván Villar que fallaría el propio Isak.

Además, cuando se producían ataques más elaborados, la disposición de las piezas programada por Imanol se demostró muy acertada. El míster buscó atraer rivales en la derecha con Januzaj. Situó a Carlos Fernández a la espalda de estos para enganchar balones entre líneas. Y Portu, con sus diagonales desde la izquierda, completó una receta en la que la opción del pase a Isak también estaba incluida. La primera imagen corresponde al gol del empate. La segunda, a una acción similar que se produjo minutos después.

La Real consiguió así darle la vuelta al marcador. Y buscó así sentenciar en el arranque de la primera parte. En las imágenes vemos una secuencia, ya tras la reanudación, en la que los txuri-urdin comenzaron apretando muy arriba, con Portu saltando a centrales. Tras hacerse con el envío largo de Iván Villar, encontraron una nueva situación entre líneas con Carlos, a quienes se ofrecían Portu y sobre todo Isak

3- Un paso atrás

Con el paso de los minutos, la Real empezó a mostrarse algo más precavida. Aquí vemos un momento de presión en el que Gorosabel se queda guardando el sitio y renuncia ya a saltar a por su lateral, pese a que Oyarzabal ha dejado la marca.

El ingreso de Zubimendi al campo supuso además una vuelta de tuerca. El donostiarra salió para actuar como centrocampista dentro del 4-2-3-1 inicial (primera imagen). Pero se trata de un futbolista con capacidad para echar una mano dentro del área convirtiéndose en tercer central, en fases de repliegue (segunda imagen). Poco a poco, la Real consiguió empezar a cortar el grifo.

Durante los últimos diez minutos, el Celta actuó con tres puntas (Aspas, Santi Mina y Ferreyra), ante lo que Zubimendi se convirtió ya en central a tiempo completo, junto a Aritz y Sagnan. Así sostuvo la Real el resultado favorable.

El partido resultó muy abierto y se dieron momentos para que cayera de cualquiera de los dos lados. Pero el resultado final premió el modo en que la Real supo gestionar el ida y vuelta. Por un lado, consiguió neutralizar todo lo que pudo las ofensivas de un Celta que aún así dispuso de buenas ocasiones. Y, sobre todo, supo encontrar la forma de aprovechar las jugadas en las que quienes corrían hacia la meta rival eran los jugadores txuri-urdin.