- Mikel Merino lleva tiempo sufriendo en silencio. El centrocampista llegó al parón previo a la final de Copa muy tocado, aunque desde el club lo trataron de silenciar. Incluso, aunque Imanol declaró en una conversación privada que “Merino jugaba hasta en sillas de ruedas” el derbi, lo cierto es que no estuvo lejos de tener que disputarlo así: “Tuve una época de pasarlo mal, aunque en ningún momento dudé de que iba a jugar porque iba a hacerlo hasta con la espalda rota. No tenía esa duda. Pero el no sentirme bien, el que me duela incluso cuando estoy tumbado o al andar... Todo eso tenía un hueco importante en mi cabeza sabiendo que quedaban tan pocos días para jugar la final. No tenías tanto margen y tuvimos que sacrificar preparación física, como el no entrenar y no hacer nada prácticamente, solo trabajo de fisio o de readaptación e ir a la cita con los plazos un poco justos para afrontar un duelo tan importante, lo que generaba nerviosismo en mi cabeza por cómo iba a llegar y por cómo me iba a encontrar. Afrontar una final sin haber entrenado provocaba que tu mente se preocupe mucho, pero, gracias a la ayuda del equipo, de mi familia y de mi pareja, conseguí llevarlo de la mejor manera posible”, manifestó en una entrevista a Radio Marca el lunes después de dar un título a la Real 34 años después.

Mikel Merino es una pieza clave en el engranaje de Imanol. Desde su primer encuentro tras su vuelta al primer equipo, el famoso 0-2 en el Santiago Bernabéu, el oriotarra le entregó las llaves del equipo y le ha respondido con un rendimiento sobresaliente. El problema es que esta temporada ha disputado ya la friolera de 37 encuentros oficiales para un total de 3.182 minutos. Y que que Jon Guridi ha sufrido varias lesiones y al final, cuando ha jugado, casi ha sustituido más a David Silva que al navarro o ha motivado que adelantara su posición a la mediapunta.

Imanol, que le ha dado las llaves del equipo desde su primer partido, declaró que jugaría la final hasta “en silla de ruedas”