- Dicen que los trenes importantes pasan una vez en la vida. El que le convencieron a Asier Illarramendi que era el de su vida fue el del Madrid en 2013, cuando acababa de clasificar a la Real para la Champions y había celebrado el título del Europeo sub'21 con la estrella de sheriff en el pecho. Pero no tardó en convertirse en una pesadilla, hasta el punto de que ganó cuatro títulos y no intervino en ninguna de las finales porque, al margen de rumores, nadie confió en sus posibilidades. Antes, en el Mundial sub'17 de 2016, se llevó uno de los disgustos de su carrera al perder la final contra Nigeria en los penaltis. Con el agravante, además, de que al término de cada entrenamiento, el seleccionador Juan Santisteban organizaba tandas de penas máximas y el único que no había errado ninguno era Illarramendi. Desgraciadamente, el realista lanzó fuera el suyo.

En Madrid, que en crueldad andan sobrados, no tardaron en tildarle de blando, a pesar de que le contrataron tras un torneo inmaculado en el Europeo sub'21, final incluida. Mucho se comentó que en ese momento el verdadero tren bonito para Illarra no era recalar en el coloso blanco, sino el poder disputar toda una Champions con el equipo de toda su vida. Lo que no podía imaginar es que la gran oportunidad le iba a llegar en 2021, con el añadido de que la madre de todas las batallas se le presenta después de haber superado dos años de inactividad motivada por dos graves lesiones.

Los que le conocen afirman que el capitán se encuentra más fuerte que nunca. Que se nota mucho que el último año ha pasado muchas horas en el gimnasio, lo que sin duda ha fortalecido su musculatura, y que, pese a que ha sufrido un pequeño parón en las últimas semanas, se encuentra en plenitud de condiciones para ser titular en Sevilla.

La realidad es que siempre que ha tenido la opción, Imanol ha apostado fuerte por el mutrikuarra. El año pasado el proyecto partió desde su referencia en el mediocentro, de 4, y en cuanto ha tenido la mínima opción, y a pesar de que los médicos todavía nos las tenían consigo, el oriotarra se decidió por Illarra para intentar que entrara en la dinámica de grupo cuanto antes con el objetivo de que tuviera opciones de disputar la gran final.

Illarra sabe que se ha encontrado con la competencia de Zubimendi y Guevara, que han ofrecido un gran nivel en su ausencia, pero el guipuzcoano confía en ser titular en el derbi más esperado. El canterano se siente preparado para dirigir a su querida Real hasta la gloria: "Es el partido de mi carrera. Es verdad que, después de tanto tiempo sin poder jugar, estoy con muchas ganas. Cuando te falta algo es cuando lo echas de menos, pero tengo ganas de decir aquí estoy. Tenía ganas de saltar al campo, decir estoy aquí, que me encuentro bien e ir cada día a más".

"Es el partido más importante de mi carrera y tengo ganas de decir que aquí estoy yo"

Capitán de la Real