l colchón. Los famosos colchones. El más célebre en la historia reciente de la Real, al menos atendiendo a mis recuerdos, se remonta a la temporada 2009-10, la del ascenso a Primera con Martín Lasarte. Ni siquiera se había alcanzado el ecuador del campeonato y el equipo txuri-urdin, después de ganar al Celta en Balaídos con gol de Nsue, lideraba la clasificación con diez puntos de renta sobre el cuarto, el Numancia. Faltaban aún 22 partidos, pero la ventaja ya nunca sería mayor. De hecho, fue a menos, principalmente porque los blanquiazules acumularon malos resultados fuera de casa durante toda la segunda vuelta. "Los colchones están para usarlos", escuchábamos todos mientras bultos sospechosos comenzaban sobresalir en nuestros cuellos. El acongoje general alcanzó su punto álgido a cuatro jornadas del final, cuando, tras perder en el Villamarín, el crédito ya solo era de otros tantos puntos: cuatro. El resto de la película nos lo sabemos todos de memoria. Porque, efectivamente, los colchones están para tumbarse encima, no para guardarlos en el armario.

Que se lo digan si no a Imanol y a los suyos. Encararon el inicio de la pandemia cuartos, con ocho puntos de renta sobre el octavo (el Villarreal) y, por lo tanto, con el billete europeo más que encarrilado. Meses después, inmersos ya en el nuevo fútbol de las ligas exprés y los estadios vacíos, estaban fuera de las competiciones continentales en el minuto 86 del último partido. Un gol milagroso de Januzaj sirvió para sumar el décimo punto (de 33) tras el confinamiento y sellar el pasaporte sobre la bocina, haciendo bueno el dicho de que las ventajas están para amortizarlas. Ocurrió entonces, como en la campaña del ascenso, que los resultados del equipo empeoraron al final. En este caso, posiblemente, por las características del torneo tras su reanudación. La Real, un equipo que había basado su fortaleza en los ritmos altos, se encontró de repente con una retahíla de partidos oficiales sin pretemporada previa. Con jornadas cada tres o cuatro días que apenas dejaban tiempo para la recuperación, perjudicando a las escuadras físicas y con gusto por correr. Y con encuentros marcados por los carruseles de cambios y las pausas de hidratación, reduciendo drásticamente los minutos de tiempo efectivo. El bajón txuri-urdin en junio y julio fue consecuencia lógica de todas estas circunstancias.

Cuidado, porque la introducción y el recordatorio vienen muy a cuento, aunque no lo parezca. Y si no lo creen, echen un vistazo al calendario de las últimas nueve jornadas. Sí, la últimas nueve. Nueve partidos de Liga que la Real jugará en un mes, desde el 21 de abril hasta el 23 de mayo. Cuatro de ellos los disputará en miércoles, porque el derbi contra el Athletic apunta claramente al 5 de mayo. Los otros cinco, en sábado o domingo. Y solo habrá una semana, la previa al último encuentro del campeonato, libre de compromisos. El panorama, en definitiva, se acercará muy mucho al que tanto penalizó a los txuri-urdin hace menos de un año. De ahí la importancia de aprovechar el momento actual, de calendario más sosegado, para construir de nuevo uno de esos famosos colchones a los que tanto beneficio solemos sacar.

El grosor de la última adquisición es de ocho puntos. Ocho sobre el séptimo, el Villarreal. Aunque conviene también vigilar al Betis, porque la Liga solo repartirá un billete para la Europa League si el Athletic le gana la Copa al Barcelona el 18 de abril. La Real estableció ayer semejante renta en un partido para verlo, sobre el que poco nuevo podemos aportar desde aquí a estas alturas. Debió ganar haciendo cinco o seis goles, pero en el minuto 94 estaba defendiendo un córner con un exiguo 1-0 en el marcador. La historia, por repetida, debe ser analizada y trabajada. También criticada en su justa medida. Porque con el error del atacante siempre se tiende a ser más condescendiente que con el del defensa. Y darán fe de ello nuestros zagueros, a quienes les han llovido esta temporada de todos los colores, muchas veces por aparecer en fotos de las que ellos no tenían la culpa. Imanol definió el déficit en septiembre. Agresividad ofensiva, dijo que faltaba. Justo lo que destacó que tiene Carlos Fernández el día después de su fichaje. Ojalá nos aporte ese plus.