uizá sea porque en cierto modo es un escenario novedoso o poco frecuentado por nosotros, pero me hacen gracia los análisis que realizamos de la excelente trayectoria de la Real. Pocos minutos después del final del encuentro de Cádiz, sellando los tres puntos que le permitieron el mejor comienzo de su historia (hay que decirlo más), no tardaron en comparecer en mis grupos íntimos de WhatsApp los matemáticos y científicos de las previsiones deportivas. El primer mensaje, que recibió algún apoyo, fue el siguiente: "Hay que perder el jueves en Alkmaar y nos centramos en la Liga. No vamos a tener una oportunidad igual". No fue el único comentario de ese tipo que me lanzaron incluso en la víspera de la batalla en Holanda, cuando ya se encontraban las espadas en alto. Y reconozco que lo puedo entender. Es decir, lo puedo considerar razonablemente entendible, pero a todos ellos y a los que piensan así les tengo que decir, con todos mis respetos, que no han aprendido nada estos últimos años.

Si hay una cosa de la que me siento especialmente orgulloso en la estupenda gestión de los tres mosqueteros, Aperribay, Olabe e Imanol, es de que han acabado con los partidos a la carta. El planteamiento de intentar no diferenciar las competiciones y afrontar el maratón de encuentros como si perteneciesen todos a la misma me parece de lo más acertado y además me confirma que en Anoeta han aprendido la lección. Porque durante muchas décadas hemos estado pensando qué demonios pasaba para que nuestro equipo no parara de acumular ridículos sonrojantes en la Copa del Rey. Mi contestación en el móvil se basó en la doctrina Luis Aragonés: "Ganar, ganar y ganar. Y volver a ganar, y ganar y ganar"€ No deja de ser curioso que los dos principios que dejó como legado el Sabio de Hortaleza, que estuvo a un gol de entrenar a la Real (el que marcó Ifrán ante el Málaga en el descuento de la temporada 2011-12) se basen en conceptos básicos. Uno, la oda a la victoria, y el otro que las ligas se deciden en las diez últimas jornadas. Tan elemental como el inmortal "fútbol es fútbol" de Vujadin Boskov.

La inercia del triunfo. El hábito de ganar se encuentra muy por encima de evitar el desgaste. Porque entre otras cosas da alas a los jugadores para sentirse capaces de afrontar todos los retos que se presentan a su paso. Resulta mucho más aconsejable agarrarse al también sencillo ideario de Simeone que pregona el ir "partido a partido". Como si todos los clubes no siguieran dicha filosofía€ Esta temporada se ha visto obligado a matizarla, abrumado por el cansino debate de que este año ha cambiado su estilo de juego: "No entiendo de otra manera el fútbol. Eso no quiere decir que no tenga otras pretensiones. Desde que llegué, el único objetivo que me interesa es que el equipo gane. Y, a partir de ahí, buscamos los caminos necesarios para el objetivo principal, que es ganar y conseguir los objetivos que nos marcamos esta temporada. Hay veces que se puede jugar mejor y hay veces que no".

¿Qué pensará Imanol cuando escucha esto? Klopp, que perdió ante el Atlético, no podía entender cómo se podía jugar de esa forma con la extraordinaria plantilla con la que contaba Simeone. En la Real eso ya no se discute. Se intenta competir casi siempre con el mismo modelo de juego, siempre con matices y con posibles cambios tácticos a lo largo de un partido. Porque esta faceta, la de tener planes distintos en función del rival o del transcurso de una contienda, creo que se le valora poco a nuestro técnico. En la previa al partido del AZ, volvió a dejar muy clara cuál era su ideología respecto a la diferencia entre distintos choques y competiciones: "No es una final. Para mí, el siguiente partido siempre es el más importante, sea de Liga, de Europa o aunque sea un amistoso. Defendemos a nuestra afición y eso es lo más importante. Siempre os voy a dar la misma respuesta con este tema". En mi opinión, impecable.

La relación de los clubes con la prensa no siempre es sencilla. No me estoy refiriendo a los feos de los medios de fuera de Euskadi y algunos más cercanos, hablo de la local, cuyo consumo les aconsejo en tiempos de bonanza de la Real, entre otras cosas porque considero que hay mucha calidad en la guipuzcoana. Siempre he contado que el gran referente en mi vida ha sido y es mi aita. No sé por qué se me quedó grabada para siempre la historia de Rossi que me contó cuando tenía siete años. Como recordarán, al delantero italiano le castigaron por participar supuestamente en unas apuestas con dos años sin poder jugar. Casi sin tiempo para recuperar el ritmo de competición llegó el Mundial de España y fue convocado para disputarlo, lo que motivó tanto revuelo como desconfianza en la canallesca transalpina. Como explican en el magnífico documental deMovistar+, muchos periodistas pensaban que no era justo y que otros merecían esa plaza. Incluso antes de su debut, cuando "nadie confiaba en nosotros y casi nos odiaban", Rossi se despertó de la siesta y posó en una foto con su amigo Cabrini en las ventanas de sus habitaciones. Un redactor, en tono jocoso, preguntó: "¡Qué bonita pareja! ¿Quién hace de mujer?". Paolo contestó en broma: "Míranos bien. ¿Quién es el más guapo?", o sea que la mujer era el lateral de la Juve. Lo que no esperaban es que gran parte de la prensa, sobre todo extranjera (era otra época), lo desvió hacía una reprochable acusación de homosexualidad y de que habían salido del armario. Los jugadores se enfadaron tanto que pidieron no hablar más con los medios, pero ahí estaba Bearzot, el seleccionador, quien les comentó: "No os preocupéis por la polémica, me encargo yo, centraos en jugar bien".

El resto de la historia la conocen. Italia creció al ritmo de los goles de Rossi y ganó el Mundial: "Bearzot forjó mi destino. Era muy considerado conmigo, en momentos de máxima dificultad también. Siempre pensó que yo podía devolverle algo importante, lo que esperaba de mí, su confianza. Él creía en mi calidad. Era el único que confiaba en esa selección", explicó el delantero.

Imanol tiene un don especial y poco habitual en el fútbol actual. El de transmitir y conectar con su gente, con su afición. No es fácil ponerse cada semana delante de los micrófonos y no meter la pata más veces. Y me sabe mal, porque no se lo merece. Su convicción y confianza me recuerdan a la de Bearzot, porque siempre ha creído que este proyecto llegará muy lejos. Su mejor forma de convencer y enganchar siempre estará en el verde y en los resultados. Los dos escenarios hacen justicia a su extraordinario trabajo. Mourinho desveló en su despedida a Maradona que siempre le llamaba cuando perdía, nunca cuando ganaba, y le solía recordar: "No olvides que eres el mejor". Escribo esto después de un empate que pone en peligro su clasificación europea. Imanol, no lo olvides nunca, para nosotros eres el mejor. El hombre idóneo para llevar a buen puerto el que probablemente es el proyecto más ilusionante desde la generación de oro txuri-urdin que ganó dos títulos. Sé que el destino te ha jugado una mala pasada y has sufrido más de la cuenta. Si he sido copartícipe, te pido perdón. Pero no lo olvides jamás, a escala Real, te puedo garantizar que "todo el pueblo cantó, Imanol, Imanol"€ ¡A por ellos!