n gol de penalti del Deportivo al Fuenlabrada en el minuto 94 (pena máxima decretada precisamente por el árbitro que dirige el partido de hoy). Un tanto de Nino en La Romareda anotado en el 81’, en la primera eliminatoria de ascenso. Y un cabezazo convertido en milagro de Pere Milla en Girona, en pleno tiempo de descuento, en la final por el regreso a Primera División. El ascenso del Elche, certificado hace apenas un mes (el 23 de agosto), tuvo un guion de suspense. Desde el modo en que accedió al play-off, gracias al mencionado penalti de Riazor, hasta el desenlace sobre la bocina de un fútbol posconfinamiento que la afición franjiverde nunca olvidará.

Ahora, festejado el éxito entre medidas y protocolos de seguridad, el club alicantino se enfrenta contrarreloj al reto de confeccionar un plantel lo más competitivo posible. El proyecto, de titularidad argentina, siempre ha tenido claro su rumbo. Y esto ha implicado la salida del entrenador que devolvió al club a la élite, Pacheta, así como la llegada al banquillo de Jorge Almirón (de nacionalidad argentina, como los propietarios de la entidad). De momento, son siete las caras nuevas que han reforzado al equipo: Lucumí (Tigres), Sánchez Miño (Independiente), Tete Morente y Cifuentes (Málaga), Lucas Boyé (Torino), Raúl Guti (Zaragoza) y Luismi Sánchez (Valladolid). Llegarán más jugadores durante los próximos días.