Enfermería. David Silva protagonizó la noticia preocupante de la jornada. El canario acabó el exigente entrenamiento del lunes con el abductor cargado, lo que provocó que se ejercitase al margen cuando el resto del equipo completó los ejercicios de explosividad. En el partidillo a campo más grande que afrontaron ayer participó con normalidad y dejó buenas sensaciones. Tanto a él como a Willian el positivo no les ha pasado factura, algo que no se puede decir con Oyarzabal y Kevin, que no lo han pasado bien. La nota positiva la firmó Zubimendi, que demostró estar bien, y Zaldua y Sangalli siguieron con sus respectivos procesos de recuperación. Sin noticias de Guridi y de Merquelanz.

- Más de seis meses después la Real volvió a abrir las puertas de Zubieta a los medios de comunicación. El club habilitó dos carpas en las que ya había situado a los suplentes en el amistoso ante el Huesca disputado hace unas semanas, para que se situara la prensa y pudiera parapetarse de la lluvia en caso de que llegara, algo que finalmente no se produjo. A los periodistas interesados, que acudieron en número muy superior al que solía ir antes de la bunkerización de la casa realista, se les tomaba la temperatura en la rampa de entrada de Zubieta. Sin que hubiese ninguna sorpresa desagradable y cerca del horario previsto, se les dejó entrar y aparcar sus vehículos en el parking de Gorabide. Posteriormente, todos ellos pasaron al interior de las instalaciones, donde se situaron a la espera del comienzo del entrenamiento. Roberto Olabe, acompañado por los responsables de comunicación del club, se acercó para dar la bienvenida a los presentes. El director de fútbol, cercano y amable, explicó la situación y el corsé del protocolo de la Liga al que tienen que ceñirse a pesar de que hay varias medidas que no entienden demasiado bien por ser bastante contradictorias.

Como era de esperar no quiso entrar en las cuestiones de mercado, emplazando a la prensa a una comparecencia nada más cerrarse el próximo 5 de octubre. La anécdota de su saludo la protagonizó un inoportuno aspersor que mojó a los periodistas y las cámaras de los redactores audiovisuales. En sus pertinentes explicaciones, reconoció que todavía no saben la forma con la que van a afrontar los encuentros del Sanse al no poder jugar por la burbuja que tenían que crear ni en el José Luis Orbegozo, donde lo solía hacer para evitar contagios, ni en el z2, por lo que apuntarían a hacerlo en el z7, hogar habitual del conjunto femenino.

Con algo más de retraso de lo habitual fueron saliendo los jugadores y hasta Imanol Alguacil se acercó al lugar habilitado para la prensa, a la que recibió entre bromas con un cariñoso: "Nos os quejaréis, ¡solo os falta la bebida!". En medio año no ha cambiado nada, porque en cuanto se dio la vuelta se le torció el gesto y comenzó a exigir a los realistas, aunque con un tono menos beligerante de lo habitual por motivos obvios. No le gusta verse en la televisión gritando a los suyos.

El entrenamiento arrancó con el clásico pasillo de collejas a Monreal y Ansotegi por su reciente paternidad. El técnico, además, por partida doble. Después del habitual calentamiento casi siempre con balón y con la novedad de la presencia de un Zubimendi aparentemente recuperado de su lesión en el soas, Imanol organizó varios ejercicios de posesión y disparos. Luego pasaron a afrontar su explosividad con carrera y remate, para por fin disputar un partidillo en un espacio de campo claramente reducido. En el mismo no tardó en destacar Silva, que no pierde un balón, y sobre todo Barrenetxea. El donostiarra se encuentra en un nivel excepcional en este comienzo de temporada y se siente titular. El único tanto del duelo lo generó él al controlar un mal servicio de Oyarzabal con una fina destreza, romper al lateral con dos amagos y poner un caramelo al área que aprovechó con oportunismo y llegada un Isak que hizo valer la larga medida de su pierna. Un tanto similar al que logró ante el Levante el curso pasado. Cabe destacar también un paradón de Moyá a chut desde dentro del área de Oyarzabal.

Posteriormente, después de juntar en un corro a los jugadores y dar descanso a alguno de ellos, Imanol organizó los clásicos choques en un cuarto del terreno de juego con dos equipos enfrentándose cara a cara y el otro repartido por alrededor de los límites del terreno de juego apoyando a un toque al último en tocar la pelota. Hay que reseñar, sin duda, el impresionante golazo de Januzaj con un obús a la escuadra tras recibir un centro potente desde la banda izquierda.

En resumen, muy buen ambiente en Zubieta en el regreso de la prensa y un equipo con hambre al que Imanol no deja de explotar para que recupere el nivel de la pasada campaña. Y todo funcionó igual...