- La operación Mario Hermoso sigue abierta. Como viene informando este periódico desde finales de julio, el madrileño es el defensa preferido para reforzar la zaga txuri-urdin. La dirección deportiva se había marcado la incorporación de un central zurdo y el favorito es este jugador que no ha acabado de convencer a Simeone en su primer año en el Atlético de Madrid y al que ya habían tratado de incorporar en dos ocasiones cuando militaba en el Espanyol.

El problema es que no es fácil sacar a un futbolista del club rojiblanco y para lograrlo hace falta que esté convencido y dé un paso firme para acceder a venir a la Real. Aunque en un principio Hermoso no estaba muy por la labor de salir y aceptar recalar en Donostia al estar muy a gusto en el Wanda, lo cierto es que su relación con Simeone ha ido deteriorándose poco a poco y a día de hoy es su quinto central tras la incorporación de Nehuén. El madrileño va asumiendo paulatinamente que no le espera un año sencillo a las órdenes del argentino y que lo que más le conviene es salir para relanzar su carrera.

La relación entre las directivas de Real y Atlético son fluidas y cordiales, como lo acredita el acuerdo que han firmado para intercambiarse el campo en caso de que el COVID-19 les impida utilizar el suyo propio, por lo que el nombre de Hermoso lleva mucho tiempo encima de la mesa en la que se suelen juntar Aperribay y Gil Marín.

Pero la Real sabe que en la actualidad su contratación es complicada y cara, por lo que lleva semanas buscando vías que le permitan fichar al central. La más factible es la de una cesión con opción de compra. Lo malo es que el Atlético necesita dinero para afrontar el resto de fichajes y, aunque todavía no ha recibido propuestas por el jugador, no se puede descartar incluso que aparezcan gigantes de Champions que puedan entorpecer una operación que la Real considera al alcance de sus posibilidades y que incluso espera poder cerrar antes de que se cierre en el mercado, cuando en las oficinas del Wanda se vayan liquidando otras carpetas de futbolistas en forma de salidas y de incorporaciones.

En la recámara permanece un Cabrera que también gusta mucho y que no sería un segundo plato decepcionante para Imanol.