La Real acepta jugar en menos de 72 horas

En cuanto se han fijado los encuentros de las siguientes cuatro jornadas se ha comprobado que nada menos que en nueve duelos hay equipos que no van a poder descansar el mínimo de 72 horas exigido por la AFE y RFEF. Como suele ser habitual en el torticero reparto de los horarios televisivos, uno de los perjudicados es la Real. El club realista recibirá al Madrid, en uno de los choques más atractivos del desenlace liguero, el domingo 21 a las 22.00 horas y al Celta el miércoles 24 a las 19.30 horas. Es decir, dos horas y media menos del límite establecido por los dirigentes de los futbolistas. Peor es aún lo del Alavés, por poner otro ejemplo, que jugará ante la Real el jueves 18 a las 19.30 horas y el domingo visitará Balaídos, en un duelo clave, a las 14.00 horas. O lo que es lo mismo, cinco horas y media por debajo de lo pactado con el agravante de que no habrá tregua hasta el final. Y, por abrir otro frente, hay clubes que van a afrontar cuatro partidos en diez días, como es el caso del Atlético, Villarreal, Athletic o Leganés, quienes van a tener poco más de dos días de descanso entre sus respectivas contiendas. En cambio, el Betis disfrutará de quince días para disputar las mismas etapas.

De la 28ª a la 29ª jornada serían Levante y y Mallorca los equipos que menos descanso tendrían (69 horas y media); en la 30 llegarían con mayor desgaste Alavés (66 horas y media), Valencia, Leganés y Athletic (69 horas y media). Y en lo que respecta a la 31, los más perjudicados serían Real, Atlético y Valladolid (69 horas y media).

La AFE ya anunció ayer que se encontraba en comunicación con la Liga para que se cambiaran los horarios anunciados, algo para lo que Tebas no tenía ninguna intención. El caso es que, al menos por ahora, la Real se encuentra conforme con los horarios que le han asignado y no ha elevado ninguna protesta para intentar que se acometiera algún cambio. En Anoeta entienden que han afrontado encuentros con menos descanso aún cuando disputaban la pasada campaña los jueves la Europa League y es muy complicado hacer el pertinente encaje de bolillos con la medida ya de por sí extraordinaria de disputar once etapas en poco más de un mes. Los problemas y las quejas se pueden multiplicar cuando comiencen a llegar las lesiones y los equipos atreviesen por baches que les alejen de sus objetivos.

Se trata de la pescadilla que se muerde la cola. Mientras dure el enfrentamiento entre el presidente de la LaLiga, Rubiales, de la Federación, y Aganzo, de la AFE, siempre van a persistir frentes abiertos. En el escenario ha aparecido una nueva protagonista, que es Irene Lozano, presidente del CSD, que ha logrado consensuar al menos la vuelta del fútbol. Aparte de los horarios, la nueva polémica se centra ahora en la posible entrada de aficionados en el campo en esta temporada. Mientras Pedro Sánchez declaró que “es de justicia que no haya diferencias y que en un sitio haya aficionados en el estadio y en otro, no”, Tebas volvió a ir mucho más rápido que todos los demás: “En el momento que se pueda tiene que haber aficionados. Es todavía un asunto sanitario. Ahora mismo estamos trabajando sobre un protocolo de vuelta a los estadios. Donde se pueda debemos permitir que haya público”.

Al contrario que el Madrid, que decidió hacer obras y jugar en la ciudad deportiva de Valdebebas, la Real paró las remodelaciones previstas en Anoeta y está preparada para recibir a aficionados en el porcentaje que sea en el momento en el momento en el que se dé luz verde.

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