- La Liga anunció durante la noche del pasado domingo los horarios para las dos próximas jornadas. Y la ilusión que ello propició llevó a los aficionados a fijarse, principalmente, en cuándo jugarán sus equipos. Pero la nueva agenda confirmó también una circunstancia que ha pasado más desapercibida. A diferencia de lo sucedido en Alemania, donde la Bundesliga concedió a sus clubes una semana limpia de competición tras reanudarse el campeonato, de domingo a domingo, aquí el arranque va a implicar jugar domingo-miércoles-domingo desde un principio. En total, once partidos en solo 35 días (el torneo concluirá el 19 de julio), un sprint en toda regla que la Real encara con ventaja respecto a otros competidores. ¿Por qué? Porque tiene el aval de la experiencia, el aval de lo vivido durante este mismo curso.

La andadura txuri-urdin en la Copa del Rey ha aportado diversos beneficios al equipo de Imanol Alguacil. El primero y más importante, como resulta obvio, alude a la clasificación para la final de Sevilla. Igualmente, en cualquier caso, ha dotado a la escuadra realista de un importante callo competitivo en semanas de tres partidos como las que ahora van a estar a la orden del día. Antes de interrumpirse, la temporada 2019-20 había deparado a los blanquiazules un total de siete semanas completas con tres compromisos oficiales (varias se solaparon entre enero y febrero). Y los resultados cosechados en ellas, por mucho que apretara el calendario, fueron sobresalientes: la Real siempre ganó dos encuentros. También se saldaron casi siempre estas semanas (todas menos una) con una derrota. Pero mantener ese ritmo de dos victorias y un duelo perdido implicaría, de aquí a julio, asegurar el billete para la Champions League, pues llevaría a los guipuzcoanos hasta los 68 puntos finales.

Los méritos contraídos por el equipo durante la campaña han sido numerosos. Ha desarrollado un juego vistoso y atractivo a lo largo de la mayor parte del curso. Ha alcanzado la 27ª jornada de Liga en la cuarta posición. Y se ha clasificado igualmente para la mencionada final de Copa. Este fugaz repaso no refleja, sin embargo, un factor a tener muy en cuenta: la regularidad. Los dientes de sierra en la trayectoria txuri-urdin, siempre comprensibles, no han resultado excesivamente notorios ni radicales. Y a esto cabe añadir que el ritmo de puntuación en la Liga, durante las semanas de exigentes eliminatorias de Copa, no se resintió en absoluto. El trajín del torneo del KO arrancó para los realistas el 19 de enero, en Sevilla contra el Betis, en un duelo liguero al que seguía ya la ronda de dieciseisavos de final frente al Espanyol. Perdió el equipo en el Villamarín, pero aquel encuentro marcó el inicio de una etapa en la que sumó quince puntos de 24 posibles: ganó seis duelos y cayó en el mencionado de Sevilla ante el Betis, en el de Butarque con el Leganés y en el del Camp Nou contra el Barcelona.

La situación en sí misma invita a ser optimistas. Así lo dictan las cifras de la actual Real. Pero merece la pena también subrayar una circunstancia que, con el fragor de los festejos de Anduva y la crisis sanitaria desencadenada apenas horas después de la victoria en Ipurua, quedó en su día aparcada y casi olvidada. El conjunto txuri-urdin ha enamorado esta campaña al planeta futbolístico con un juego dinámico y vertical que ofrece espectáculo muy a menudo. Sin embargo, la noticia cuando la competición se detuvo residía en que el cuadro txuri-urdin acababa de hallar una eficaz y práctica cara B, la mostrada en Miranda de Ebro y Eibar. En etapas de calendario cargado como la que se avecina de aquí al final de Liga, no siempre resulta posible poner en práctica el fútbol de ritmos elevados que suelen ejecutar los de Imanol Alguacil. La acumulación de partidos pesa. Y por eso es especialmente positivo dominar registros más pausados y que generan una menor exposición. El balón largo a Willian José fue en los dos encuentros comentados un punto de partida para, a partir de las segundas jugadas, dejar que las virtudes del plantel y del cuerpo técnico hicieran el resto.

Parece evidente que la Real es uno de los equipos que con mejores salud y síntomas se plantará en la 28ª jornada, la del regreso de la Liga. A los txuri-urdin les queda ahora, en cualquier caso, conseguir lo más complicado: trasladar a la práctica lo que indica la teoría. Esperan, por este orden, Osasuna, Alavés, Madrid, Celta, Getafe, Espanyol, Levante, Granada, Villarreal, Sevilla y Atlético. Dentro de menos de siete semanas habremos salido de dudas.

Septiembre (Liga)

Octubre-Noviembre (Liga)

Diciembre (Liga-Copa)

Primera ronda Becerril 0-8 Real

Enero (Liga-Copa)

Dieciseisavos Real 2-0 Espanyol

Enero-Febrero (Liga-Copa)

Febrero (Liga-Copa)

Febrero-Marzo (Liga-Copa)

Semifinal (vta.) Mirandés 0-1 Real

(*) Al partido de Barcelona le siguió el de Ipurua (0-2).

Desde que comenzó a alternar Liga y Copa, a medidados de enero, el equipo sumó en la Liga 15 puntos de los 24 posibles