aixo afición txuri-urdin! Como el capi ya pasó por este espacio hace unas semanas, me toca a mí ejercer de portavoz. Estoy acostumbrado a lucir brazalete, diría que desafortunadamente. A todos nos gustaría rebobinar y hacer todo lo posible para que aquella maldita lesión del derbi no se produjera. Pero ocurrió, y no hemos podido contar con él durante la gran mayoría de partidos de la temporada. Estaría muy bien que el círculo de su recuperación se completara precisamente en un nuevo derbi, el de la final de Copa, y que levantara él el título vestido de corto. Sea cuando sea. Lo firmo ahora mismo.

La carta de hoy es facilita y además tiene trampa. Si se os escapa la mirada a la foto de abajo, veréis que hoy no hay nada que esconder. Pero bueno, por si acaso voy a ceñirme al procedimiento habitual. Comenzaré explicando que en apenas unos meses, durante el año 2015, mi vida y mi trayectoria experimentaron cambios brutales. Me fastidió perderme el alirón en Pamplona (liga juvenil). Pero estuve en el torneo de Almería (Copa de Campeones). En aquella bonita aventura de la Copa del Rey (juvenil también). Y en los entrenamientos de Austria y Escocia (pretemporada con Moyes). Completé mi carta de presentación en un campo de hierba artificial, a los pies de un barranco y en medio de un paisaje casi desértico (el estadio del Mensajero canario). Todo lo que vino después os lo sabéis ya de memoria, porque se desarrolló con los focos de la élite apuntándome directamente. Aunque quizás esté acelerándome un poco en el relato. Porque, en realidad, entre aquel 0-5 y mi debut transcurrió más de un mes. Y porque la semana después de mi estreno jugué con el Sanse en el campo del Socuéllamos.

Sucedió entonces que destituyeron al entrenador del primer equipo (Moyes). Que el nuevo técnico (Eusebio) me reclutó sin más contemplaciones. Y que empecé así a convertirme en el jugador que soy ahora. Como destaqué hace unas semanas, el fútbol no resulta ahora lo más importante. Pero poco a poco la actividad va reanudándose en todos los sectores y el nuestro no supone una excepción. Si con este espacio en clave txuri-urdin habéis pasado mejor las semanas de confinamiento más duro, fantástico. Toca ya prepararse para seguir proporcionando alegrías deportivas en el caso de que el balón vuelva a rodar. Ojalá sea pronto.