"Debemos estar muy seguros de que ningún futbolista compite contagiado"

-En esto existen tantas opiniones como personas a las que preguntes. El volumen de información es tan brutal que tienes que sesgarla mucho. Y al final no sabes si de verdad estás informado o no. ¿Qué pasa? Que incluso quienes sí lo están tampoco tienen absolutamente claro qué es lo que está ocurriendo. A mi entender, si comparas la curva actual con la de cualquier otra pandemia, ves que hemos subido una especie de montaña y que ahora empezamos a bajarla. Lo normal. Se desconoce, sin embargo, si tras el descenso la cosa va a quedar así. O si, en cambio, se producirán brotes y rebrotes en un futuro. Incluso también podría resurgir la pandemia en otoño, con el cambio estacional, algo que supondría un palo muy gordo.

De momento, esa tendencia a la baja significa una luz al final del túnel.

-Resulta paradójico. Lo cierto es que, hablando a nivel sanitario y comparativamente con lo visto hasta hace solo unas semanas, la situación ha mejorado muchísimo. Pero cuidado, las muertes siguen ahí, ¿eh? Parece que ya no existen, y sin embargo se producen más de cien todos los días. Que se dice pronto. Luego están las consecuencias que terminará implicando todo esto...

¿Las consecuencias?

-Va a haber un antes y un después. En todas las facetas. Comenzando por la económica, como todo el mundo sabe. Y pasando ya a la médica, que es la mía, te diré que nos enfrentamos también a cambios importantes en la forma de proceder. Parece que se van a multiplicar, por ejemplo, las consultas telefónicas o por videoconferencia, surgiendo una atención a distancia que hasta la fecha apenas existía. No hablo de todos los casos, obviamente. La atención presencial se mantendrá. Pero compaginaremos ambas.

¿Es el del fútbol otro de los dominios en los que van a cambiar las cosas?

-Sí. Algo tiene que cambiar, en lo que resta de la actual temporada y en las sucesivas. Ya veremos qué normas conductuales nos van proporcionando: qué tipo de público puede acceder a los estadios, en qué número, qué contacto es posible permitir entre deportistas... Y hay otra cuestión muy importante: cómo lograr la seguridad de que todos los jugadores que compiten están sanos, para evitar que no se transmitan el germen los unos a los otros.

¿Ha leído el famoso protocolo de la Liga?

-Te voy a ser sincero. Hace años ya que no trabajo en el sector, pero no me he dado de baja de la Asociación de Médicos del Fútbol (AEMEF). Así que el documento me ha llegado. Sin embargo, no me lo he leído. Es tanta la información que me ha dado mucha pereza.

El texto contempla varias fases, con entrenamientos individuales primero, sesiones grupales después... Y pruebas antes de iniciar cada una de las etapas.

-Sí. A grandes rasgos sí sé en qué consiste el protocolo. Se trata, al fin y al cabo, de una desescalada lógica para el regreso a la actividad. Lo primero es llevar a cabo test para comprobar cuál es el estado de salud de una plantilla, disponer las instalaciones siguiendo siempre los procedimientos pertinentes de higiene, y reanudar los entrenamientos de forma progresiva, paralelamente a lo que está pasando en la sociedad en su conjunto, con las medidas ya relajándose.

La Liga contempla una fase de entrenamientos colectivos, previos a la competición, en la que las plantillas deberán permanecer concentradas. ¿Ayudará esto?

-Sí, pero únicamente le veo recorrido en el corto plazo. Eso puede darse durante un período breve. ¿Solo para lo que resta de la actual temporada? Quizás. Pero en períodos más extensos no habrá quien lo aguante. Me vienen a la cabeza selecciones nacionales con las que he trabajado y que intentaron en su día concentrarse durante un año entero, antes de unos Juegos Olímpicos. Aquello fue un fracaso absoluto. La dinámica de relaciones en el grupo puede resultar casi destructiva. Y la falta de contacto con las familias también hace mella en el deportista. ¿Concentraciones? Te repito que pueden valer para terminar el presente curso. Pero no más allá.

Y el fútbol seguirá ahí una vez pasado el verano... ¿Hablamos de una actividad contagiosa?

-Mira, es que todavía no lo sabemos todo sobre este virus. En algunos casos se comporta de una manera. Y en otros, de un modo completamente distinto. Hay gente que lo ha pasado sin haberse enterado. Y hay personas a las que les ha producido la muerte. Lo que sí conocemos es que el germen resulta muy contagioso, muy saltarín... No es que se propague por vía aérea, como la gripe. Es que va más allá. Se propaga con suma facilidad. Por eso los gobiernos han adoptado medidas de confinamiento, que se han mostrado efectivas, ya que han cortado la cadena e transmisión. Ahora traslademos todo esto al fútbol...

Trasládelo.

-Se trata de un deporte de contacto. Y de contacto importante. Sientes en tu cogote el aliento del rival. Pero no es solo eso. También hay contacto directo y de excreciones, de sudor con sudor. Hombre... Yo creo que debemos estar muy seguros de que todos los deportistas participantes en un partido, tanto los de un equipo como los del otro, se encuentran libres del virus. Y, para lograr esa seguridad, las pruebas deben hacerse de forma pertinente y periódica.

¿Qué ocurrirá si un futbolista se contagia durante la etapa de competición?

-Lo más lógico es que en el vestuario vaya contagiando a sus compañeros y de ahí, por contacto, a los rivales. Esto explica la importancia de realizar los test continuamente, para eliminar o minimizar el riesgo.

Lo que ocurre es que la fiabilidad de las pruebas no es absoluta.

-A ver... No lo es. Pero existe un abanico de opciones de diagnóstico. Hay, a grandes rasgos, dos posibilidades de examen. La más fiable es la que a través de un bastoncito te extrae secreciones de la garganta, de la nariz, etcétera, e identifica así si el germen está activo, si vive ahí dentro. El otro tipo de test, mientras, simplemente demuestra una reacción del organismo frente al virus. Puede deparar falsos positivos y negativos. Pero, bueno, sirve como indicativo: si esta segunda prueba te informa de que has podido pasar la enfermedad, estás ante el momento de recurrir a la primera, a los PCR. ¿Qué ocurre? Que estos PCR son más difíciles de realizar, al existir cierta escasez de reactivos.

Pero la industria del fútbol sí tiene la capacidad de hacerse con reactivos, con test PCR.

-Y lo lógico es que aquel que pueda conseguir los reactivos suficientes se deje de tonterías y realice directamente las pruebas analíticas más fiables.

¿Ve factible concluir esta Liga a puerta cerrada?

-Toca hacer una excepción, establecer unas normas especiales y estudiarlo muy bien todo para intentar acabar la temporada. Luego, una vez obtenida la idea, por muy brillante que sea, vendrá lo más difícil: poner a todos de acuerdo.

¿Lo más difícil?

-Sí, poner a todos de acuerdo es lo más difícil. En cualquier ámbito. Mira a los políticos. Ahí andan, todos a la greña. A mí me da lo mismo quién figure al frente de la crisis, si el PSOE, el PP o cualquiera... A quien le toque, va a meter la pata . Pero los que están en el otro lado, en vez de aprovechar la más mínima para darle en el cogote, deben apoyar la jugada, contribuir. Lo que estamos viendo me parece inmoral. Deberían andar todos calladitos, reuniéndose y poniéndose de acuerdo, buscando lo mejor independientemente de su color político.

Y con el fútbol usted cree que puede pasar lo mismo.

-Es que tienes que poner de acuerdo a la Liga con los futbolistas, con la Federación, con los clubes... Es muy difícil. Yo pienso que la solución pasa por alcanzar un acuerdo conjunto, escuchando primero la voz de los expertos. Y, desde ese punto de partida, tocará echar a andar, con la perspectiva de que, si la cagamos, la hemos cagado todos.

"En el fútbol sientes el aliento del rival en el cogote y hay contactos directos y de excreciones, sudor con sudor"

"Si un jugador tiene el virus en la fase competitiva, lo propagará. Por eso es importante realizar las pruebas continuamente"

"Liga, Federación, jugadores, clubes... Hay que alcanzar un acuerdo conjunto, escuchando primero la voz de los expertos"