aixo afición txuri-urdin! Ya sé que ahora el estatus del equipo es otro. Sé que andáis metidos en fregados importantes, en la lucha por la Liga de Campeones y en toda una final de la Copa del Rey. Pero creo que no me equivoco mucho si rebobino y aseguro que aquel fue uno de los partidos más importantes para el club durante la última década. Marqué yo el gol. Y todo terminó saliendo bien. Pero si la noche llega a torcerse, a saber dónde estaríais ahora. El buen trabajo suele dar sus frutos en el largo plazo. Y la Real trabaja muy bien. Así que no descarto que todo resultara más o menos parecido. El mazazo que esquivamos por los pelos, en cualquier caso, habría sido de los gordos. De esos golpes de los que a uno le cuesta reponerse.

El que os cito fue mi último partido oficial con la camiseta de la Real. Jugué un total de 17. Y cuatro los arranqué como titular, correspondiendo tres de ellos a las cuatro primeras jornadas. Así que, como deduciréis, fui de más a menos, por mucho que viera puerta en el encuentro de mi despedida. Digamos que fue este, el de mi gol postrero, un dato engañoso. Como también lo son, en cierto modo, las titularidades del comienzo de la temporada. Porque no aterricé en la Real llamado a ser una pieza importante. Mi fichaje tuvo un perfil más bien modesto. Ocurrió, sin embargo, que durante la pretemporada de mi llegada se dio una circunstancia. El compañero con el que debía pugnar por el puesto se perdió gran parte de la preparación veraniega en Zubieta. Y lo aproveché para relegarle a la suplencia de inicio. Poco duró aquello. Aunque el arranque del campeonato sí me sirvió, al menos, para hacer mi otro gol como txuri-urdin. Correcto. Habéis calculado bien. Solo hice dos.

La Real supuso una especie de oasis en mi trayectoria, la cúspide de la pirámide. Llegué al club procedente del fútbol modesto. Y a él regresé, de forma progresiva, tras abandonar el club. Competí durante tres años en Segunda División. Y luego otros dos en Segunda B, antes de pasar ya directamente al fútbol amateur, en el que continúo jugando. Mientras, recuerdo y recordaré siempre con gran cariño mi etapa en Donostia. De vez en cuando, en las redes sociales algún realzale me demuestra que el sentimiento es mutuo. Y esa alegría que me llevo, claro.