orka Larrea es una caja de sorpresas. Txuri-urdin de pro, con una frase que siempre ha repetido a la altura de la célebre de Xabi Prieto en su despedida, “yo ya he cumplido mi sueño, que era jugar en Primera con la Real. Todo lo que me venga después estará por debajo”, y con una personalidad y un talante extraordinarios, su viaje planeado a la final de Copa que iba a disputarse mañana no tiene desperdicio: “No soy de planificar nada, no había cogido ni hotel ni nada, tampoco había pensado aún en las entradas. Sí que es verdad que tengo una furgoneta con matrícula de Sevilla y siempre tenía el rollo de volver a su lugar de origen. Desde que la restauramos nunca ha estado en su ciudad. Mi idea era viajar con mi mujer y mis hijos con la furgo, en la que se puede dormir. Además, queríamos hacer parada en Valencia, en Semana Santa, coger desde el día 3 hasta el 18 recorriendo toda la costa. Primero a Barcelona, a hacer una cosa del centenario del Levante, estar con mis excompañeros, pasar por Castellón, Valencia e incluso igual ir hasta Almería, Marbella para luego ya tirar hacia Sevilla. Esa era la idea y teníamos todo más o menos planificado para ir con la furgo y dormir allí”.

La aventura estaba garantizada. “Sevilla se encuentra lejos y había muchas opciones. La verdad es que tampoco es un viaje para hacer con niños. Habíamos pensado dejar a los niños en Sevilla con algún amigo que tenemos porque para ese día es verdad que son muy pequeños. Pero la idea era ir toda la familia y creo que lo hubiésemos hecho para no depender de nadie, ni de alojamiento ni de nada. Además, tampoco necesitas aparcar en una zona reservada, puedes hacerlo en la calle”.

Una vez elegido el medio de transporte, surgía otro pequeño inconveniente. A grandes problemas, grandes soluciones: “Tenía un pequeño dilema, porque, aunque tiene una pegatina de la Real, es roja y blanca y la final es contra el Athletic. Tengo un amigo que restaura coches en Madrid y tenía la idea de que la pintara de azul. Siempre he querido hacerlo de azul clarito. Pero, como la original era roja y blanca, no encontraba el motivo para cambiarlo. Otra de las opciones era pasar antes por Madrid y ya le había dicho para pintarla”.

Si se hubiese jugado el partido mañana, Larrea tenía claro quién era el favorito: “La Real estaba en el mejor momento de la temporada. Además tenía pinta de alargarlo porque a nivel de confianza se encontraba en todo lo alto… Ganaba por inercia y por juego”.

Especialista en relativizar las circunstancias de la vida, el donostiarra no olvida que la temporada ya quedará para el recuerdo: “Hay que quedarse con lo que hemos disfrutado también, el partido del Madrid, de Anduva… Vale que no son una final, pero recuerdo dos alegrías muy grandes y el derbi contra el Athletic también, que me pareció el partido más bonito de Anoeta. Además, viniendo de ganar al Madrid, era como homenajear al equipo por el partido que había hecho, fue una semana muy bonita”. Bernabéu y Miranda estarán para siempre en nuestro recuerdo: “A Miranda fui con mi hermano porque nos tocaron unas entradas. Fue muy bonito, pero la gran victoria fue la del Bernabéu. Me acuerdo de que paramos en el Landa a comer y ya se veía a aficionados de la Real, muchos de ellos que viajaban optimistas. Luego, cuando vimos la alineación del Madrid, con la que para mí Zidane infravaloró a los realistas, todos pensamos que había opciones”.

Larrea pensaba que se iba a juntar en Sevilla con otros excompañeros de Zubieta que estaban muy motivados para una cita tan especial como la de mañana: “Xabi Prieto también iba a ir con la familia y Markel tenía un par de pisos cogidos… Cada uno estábamos buscando nuestra manera y luego allí era cosa de encontrarse”.

Larrea cree que, pase lo que pase, ya no va a ser lo mismo: “Un título es un título, claro, pero no sé cómo se va a resolver el tema. Estamos hablando de hipótesis, pero a ver cómo se resuelve porque todas las opciones que se plantean parece que deslucen un poco lo que iba a ser. Aunque sea con público, la gente ya no está con esa soltura, se ha cortado un poco la mentalidad de celebración. A nivel social, el golpe ha sido muy fuerte. ¿Te vas a abrazar, a besar? En Anduva estábamos embotellados, abrazos, olor a sobacos… Es que eso hoy en día es inimaginable hasta con mascarilla. Se tiene que intentar resolver esta temporada, pero es que igual ni eso porque quizá quede desierto”.

El excentrocampista no ve claro que se vuelva a jugar porque no sería un buen ejemplo para el resto de la sociedad: “Imagina que todo esto se alarga, se juntan ahí 22 tíos en un campo chocándose y el que tenga un negocio de no sé qué puede decir ¿qué pasa, yo no puedo hacer esto? O mi amigo que es DJ qué pasa, que no puede reunir a 22 en una sala. ¿Por qué no? Sí permites eso, ojo. Que no es solo el público, en un partido hay contacto, y si da positivo un jugador ya se deja de jugar”.

“La Real estaba en el mejor momento de la temporada; ganaba por inercia y por juego ”

Exfutbolista de la Real