REAL SOCIEDAD Remiro; Zaldua, Aritz Elustondo, Le Normand, Monreal; Zubeldia, Mikel Merino, Odegaard; Januzaj (Willian José, min. 71), Isak (Sangalli, min. 83), Oyarzabal (Aihen Muñoz, min. 88).

VALENCIA Domenech; Wass, Diakhavy, Mangala (Guillamón, min. 46), Costa; Carlos Soler (Kang-in, min. 64) Parejo, Kondogbia, Cheryshev, Ferrán (Sobrino, min. 79) y Gameiro.

Goles 1-0, min. 11: Mikel Merino. 2-0, min. 45: Monreal. 3-0, min. 47: Januzaj.

l gran salto de la temporada se da cuando se presenta un rival de Champions y el vigente campeón de la Copa y se le golea sin despeinarse. Como quien no quiere la cosa. Por pura inercia. Más aún cuando llevamos años comprobando lo que le cuesta a la Real encadenar victorias consecutivas en casa y ya acumulaba cuatro tras caer en el estreno del año frente al Villarreal. Esta Real no entiende de maldiciones históricas anteriores. Esta plantilla cree en sus posibilidades, se siente ganadora y escribe su propio camino por el sendero del éxito. Camino de la leyenda. No solo en la Copa, donde le aguardaba una vuelta en ventaja con el Mirandés, sino también en la Liga, en la que no perdió pie pese a la importancia y a las exigentes eliminatorias que había afrontado en las anteriores semanas.

Cierto es que el Valencia comparecía en Anoeta sumergido en una profunda depresión. Con una lista de bajas con la que podría confeccionar casi un once habitualmente titular y con la moral por los suelos tras caer goleado por el Atalanta en la ida de los octavos de la Champions, los levantinos tenían que intentar sumar para aferrarse a sus opciones de regresar a la máxima competición de clubes la próxima temporada.

Probablemente, lo que no se esperaban es que en Donostia les aguardaba un rival con el colmillo retorcido y con un nivel de confianza por las nubes. Y, por si fuera poco, en un escenario temible, en el que se respiraba uno de los mejores ambientes de la Liga gracias a la sensacional comunión entre grada y equipo. El resultado fue una paliza que pudo ser aún mayor en caso de habérselo propuesto y si no llega a ser porque se encontraba en un momento de ir administrando los esfuerzos. Y uno de los que más la disfrutó fue Markel Bergara, que en los prolegómenos del encuentro fue homenajeado.

La primera parte fue agobiante para los levantinos, que no conseguían salir de su campo. Los blanquiazules se pusieron por delante gracias a un cabezazo de Merino a centro medido y templado de Zaldua. A partir de ese momento se desató un vendaval txuri-urdin con ocasiones claras de Odegaard y de Isak, que obligó a hacer un paradón a Domenech. Al borde del descanso llegó la sentencia, en una jugada de laboratorio, al peinar Aritz un córner en el primer palo y remachar de forma valiente Monreal.

Nada más iniciarse la segunda mitad, Januzaj firmó la puntilla con un extraordinario gol en un disparo en parábola desde 30 metros. Y se acabó, Remiro frenó con dos buenas intervenciones el intento de reacción ché y el choque no tuvo mucha más historia. Que no es poco dada la calidad que había en el contrincante.

3-0 al Valencia y a otra cosa. Suena fácil, no lo es. La Real regresaba a los puestos de Champions con su quinta victoria seguida en casa. Anoeta ya era una fiesta.