REAL MADRID Areola; Nacho, Militao, Sergio Ramos, Marcelo; Valverde (Rodrygo, m.76), Kroos, James (Modric, m.46); Vinicius, Brahim (Jovic, m.76) y Benzema.

REAL Remiro; Gorosabel, Aritz Elustondo, Le Normand, Monreal; Zubeldia, Mikel Merino, Odegaard (Guevara, m.64), Januzaj (Barrenetxea, m.46); Isak (Aihen, m.70) y Oyarzabal.

Goles 0-1, m.22: Odegaard. 0-2, m.54: Isak. 0-3, m.56: Isak. 1-3, m.59: Marcelo. 1-4, m.68: Merino. 2-4, m.80: Rodrygo. 3-4, m.93: Nacho.

- Cuando se hacen las cosas bien, se acierta en la planificación y en el trabajo diario, y la evolución en la competición es evidente, siempre llega un día en el que todas las piezas encajan y se alcanza una sinfonía perfecta con la que se puede aspirar a cualquier reto. La Real reventó la Copa en una noche inolvidable en el Bernabéu, tras una montaña rusa de sensaciones fuertes no aptas para cardiacos y con un final tan emocionante como sobrecogedor. 32 años después, los realistas volvieron a conseguir marcar cuatro goles en el templo blanco para apear al gran favorito para hacerse con el título, que lideraba en ese momento la Liga.

Fue la gala de presentación en los templos futbolísticos de Isak, un futbolista que ya está llamado a hacer la historia que desee en la leyenda txuri-urdin. El sueco destrozó al Madrid marcando dos golazos, generando el rechace de otro y sirviendo en bandeja el último. Pero pese a lo descomunal de su actuación, lo más destacado fue el funcionamiento de un equipo que demostró los motivos por los que se ha convertido en la sensación de la temporada y en el que mejor fútbol practica del campeonato. Los blanquiazules llegaron a dominar a un Madrid abrumado por su inferioridad por 0-3 y por 1-4, pero en los minutos finales, con el habitual toque de corneta suicida de los blancos, un equivocado cambio de sistema de Imanol y los antecedentes históricos en la mente de todos, resultaron de los más dramáticos que se recuerdan. Y lo cierto es que lograron recortar distancias hasta caer por la mínima, pero lo que se considera ocasión de peligro al margen de los goles solo tuvieron un flojo cabezazo de Ramos en el último segundo que atrapó Remiro.

La Real se tomó el duelo como una final, creyendo siempre en sus posibilidades a pesar de que la eliminatoria era a partido único en el Bernabéu. El Madrid rotó mucho, quizá demasiado para el miura que tenía enfrente, y lo pagó caro. Al descanso se llegó con 0-1 gracias a un gol de rebote de Odegaard tras un primer tiempo igualado. En el segundo la Real se desató hasta acabar goleando a los blancos que se quedaron en la orilla del milagro de la remontada.

La celebración final, con los jugadores volviendo al campo para celebrarlo con una afición que vibró como nunca con una gesta que se llevará a la tumba, fue de campeonato. Y lo más fuerte era que todos pensaban que lo mejor estaba por llegar. A eso se le llama ambición.