adim Demidov nació en Riga en 1986. Lo hizo, por lo tanto, cuando la actual capital de Letonia era una ciudad más de la extinta Unión Soviética. Su padre, jugador de balonmano, emigró a Noruega tras retirarse, para ejercer de entrenador en el país escandinavo. Y allí pasó toda su infancia el exjugador realista, adquiriendo finalmente una nacionalidad que comparte con otros dos jugadores o exjugadores realistas: Bjorn Tore Kvarme y Martin Odegaard. El rendimiento que ofreció como txuri-urdin, desafortunadamente, no pudo acercarse al de ambos.

Kvarme fue una pieza importante en la temporada del recordado subcampeonato. A estas alturas, mucho deberían torcérsele las cosas a Odegaard para que su paso por el club no termine considerándose un éxito. Y Demidov, en cambio, protagonizó una etapa gris en Donostia, a donde llegó en enero de 2011 procedente del Rosenborg. El traspaso estuvo cerca de producirse durante el verano anterior, pero finalmente se retrasó al mercado invernal. Demidov llegó con la etiqueta de central que podía actuar también como pivote. Pero sus actuaciones en la medular fueron las menos. Actuó casi siempre en el eje de la zaga. Y en primera instancia gustó a la grada de Anoeta, al apreciarse en él cierta contundencia en los cruces y los despejes. Poco a poco, sin embargo, aquella Real de Martín Lasarte que tanto sufrió para salvarse se llevó por delante todas las buenas sensaciones que el noruego podía haber generado. Y las carencias de este afloraron con el paso de los partidos. No mejoraron sus prestaciones en la 2011-12, ya a las órdenes de Montanier. Y el escandinavo se marchó al Eintracht de Frankfurt.

Los modestos noruegos Sandefjord, Manglerud y Honefoss habían sido los clubes del inicio de su carrera, pasos previos al fichaje por el propio Rosenborg. A Demidov no le iría del todo bien después en la Real. Y lo mismo sucedió en el Eintracht de Frankfurt, que tardó solo seis meses en cederle al Celta de Vigo, a una plantilla celeste que se salvó en la última jornada gracias a un 0-1 txuri-urdin en Riazor. Los realistas celebraron aquella noche su ingreso en la Champions. Demidov, mientras, festejó la permanencia, pero dejó Vigo de inmediato, cerrando su carrera en Anzhi ruso, Brann noruego, Minnesota estadounidense y Stabaek, de nuevo en su país.

Nació en Riga cuando la actual capital letona era solo una ciudad más de la extinta Unión Soviética, y de niño emigró a Escandinavia