OSASUNA S. Herrera; Roncaglia, David García, Aridane, Estupiñán (Juan Villar, m.87); Roberto Torres, Darko (Moncayola, m.75), Oier, Rubén García, Adrián (Mérida, m.74), Chimy Ávila.

REAL SOCIEDAD Remiro; Zaldua, Llorente, Zubeldia, Monreal (Gorosabel, m.45); Portu, Guevara (Le Normand, m.67), Merino, Oyarzabal; Odegaard, Willian José (Isak, m.76).

Goles 0-1, m.15: Oyarzabal. 0-2, m.18: Portu. 0-3, m.28: Odegaard. 1-3, m.46: Aridane. 2-3, m.49: Chimy Ávila. 2-4, m.79: Isak. 3-4, m.84: Chimy Ávila.

- Pocos encuentros más locos y emocionantes se han disputado esta temporada como el que vivió El Sadar. El caliente y por momentos infierno rojillo acogió el cierre del año en Liga para la Real y el choque no decepcionó a nadie. Una montaña rusa de sensaciones que puso a prueba los corazones de ambas aficiones. Al final, la moneda cayó del lado txuri-urdin favorecido en su momento más crítico por la absurda expulsión de Roncaglia, al que, pese a ser un partido noble sin ninguna salida de tono hasta ese momento, se le fue la cabeza y agredió a Le Normand.

El partido se resume en que la Real fue camino de una goleada de escándalo en la primera parte y en la segunda estuvo muy cerca de sufrir una remontada histórica de tres goles. Una versión blanquiazul de la célebre novela El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Y el problema, en esta ocasión, aparte de la ya conocida endeblez defensiva que salvó en esta ocasión un gigante Remiro, fue la falta de control y de madurez, que provocó que encajara otra vez un gol en el descuento de la primera parte y otro al inicio de la segunda. Dos mazazos psicológicos, como ya le sucedió ante el Barcelona, de los que cuesta reponerse a cualquiera.

El duelo no pudo comenzar mejor para los realistas, que cada vez que se acercaron a los dominios de Herrera causaron estragos. Willian José no atinó dos veces hasta que Oyarzabal marcó al aprovechar la primera lección de fútbol de Odegaard en forma de asistencia. Portu se guisó y se comió el segundo y el noruego, con una falta endiablada, el tercero. En la última acción del primer acto anotó Aridane. Al poco de la reanudación, una pesadilla llamada Chimy puso el 2-3 al aprovechar un error de Llorente. Con El Sadar en ebullición, Roncaglia se autoexpulsó e Isak pareció sentenciar. No fue así, porque otra diana del delantero argentino, ahora de baja, puso emoción hasta el final.

La Real pudo salvar la victoria después de ir ganando 0-3. De locos e incomprensible. Su victoria le permitió cerrar el año quinta a un punto de la Champions.