REAL SOCIEDAD Remiro; Zaldua, Zubeldia, Llorente, Monreal; Guevara, Merino, Odegaard; Portu (Januzaj, m. 58), Isak (Willian José, m. 65), Oyarzabal (Barrenetxea, m. 84).

BARCELONA Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba (Semedo, m. 73); Busquets (Aleñá, m. 73), Rakitic (Vidal, m. 78), De Jong; Messi, Griezmann y Luis Suárez.

Goles 1-0, m. 11: Oyarzabal, de penalti. 1-1, m. 37: Griezmann. 1-2, m. 48: Luis Suárez. 2-2, m. 61: Isak.

- A nadie le pudo sorprender que la Real tuteara al Barcelona en Anoeta. El equipo realista había perdido el respeto deportivo hace mucho tiempo a Messi y compañía y, si hay uno de los dos bandos que comparece a los duelos en Donostia cohibido, desde luego que ese no es el local. Pese a su espectacular racha de siete visitas sin perder cuando regresó a Primera ante las tres de las mejores versiones blaugranas de la historia, lo cierto es que en esta ocasión el Barça se presentaba en el coliseo txuri-urdin con el aval de sus tres últimas victorias consecutivas. Dio igual, se encontró con el mismo zafarrancho de combate de siempre y con un anfitrión sin atisbo de complejos.

Fiel a su trayectoria y a su modus operandi de este curso, la Real asumió el mando en el estreno de su nuevo césped híbrido. Otra de las demostraciones del nivel y de la calidad de este plantel blanquiazul es que le interesaba que el terreno de juego fuese una alfombra tuviera a quien tuviera enfrente. Antes de que Oyarzabal transformara con su habitual maestría un claro penalti sobre Llorente, los realistas ya habían atacado con peligro en sendas acciones del propio 10 y de Isak, que fue la sorpresa de la alineación. El problema es que esta Real demostraba un gigante con pies de barro, a la que la falta de garantías de su retaguardia le arrebataba de un plumazo los méritos adquiridos por su poderoso arsenal ofensivo. Un fallo de Llorente lo aprovechó Luis Suárez para asistir a Griezmann y Messi rompió por el centro para servir al charrúa el 1-2 al final y al inicio de las dos partes.

La Real demostró coraje y personalidad para reaccionar y empatar al aprovechar Isak un rechace corto de Ter Stegen. Incluso Willian tuvo el 2-1 cerca, pero no pudo dirigir su disparo. Al final, tablas entre dos de los gallitos de la categoría. Otro día más que quedó confirmado que, al margen de errores puntuales, el nivel de esta Real era de Champions.