"Willian José, ese es tu hombre" fue el mensaje. Hay jugadores que, sin conocerles, un día te llaman la atención. Cuando me ha pasado, percibo algo así como un flechazo futbolístico, porque luego no se me suelen olvidar, y les sigo la pista. Entran para siempre en mi disco duro. Y eso que ya le había visto con la camiseta del Castilla y con la del Zaragoza en resúmenes anteriormente, pero no me había impresionado demasiado. La tarde en la que realmente me impactó fue la famosa y extraordinaria remontada de los maños que dejaron sin final del play-off de ascenso al Girona. Los catalanes se impusieron 0-3 en La Romareda, pero, en la vuelta, los aragoneses firmaron un asombroso 1-4. Willian José marcó dos, uno de penalti y otro de cabeza. Los primeros, los más difíciles. Me encantó. No sabían qué hacer con él. Después fichó por Las Palmas y en la Copa no llega a ser por la mejor actuación con la txuri-urdin de Oier Olazabal y regresamos de la isla con un carro de goles. En la vuelta nos eliminó.

"Willian José, es tu hombre" fue el mensaje. En plenas vacaciones del verano de 2016, con la Real buscando delantero centro y tras haber leído en varias ocasiones que el Betis estaba a punto de ficharle, en uno de mis últimos días de mi estancia en Málaga, recibí el citado whatsapp por parte de un buen amigo en el que confío al 100%. Era por la tarde, estaba en la playa y apenas tenía batería. Me volví a casa a todo meter para que mis compañeros lo publicaran. Pocas horas después aterrizaba en Donostia. Como imaginarán, de todos los muchos nombres que estaban sonando, el que más me ilusionaba con diferencia por su nivel, proyección y características para encajar en el sistema de Eusebio era el del brasileño.

La cuestión es que no tardó en demostrar que mi colega tenía razón, que en realidad era nuestro hombre. Cuando ya había marcado cuatro goles en tres encuentros en Anoeta, en la jornada 10 estrenó titularidad a domicilio en Leganés, donde se consagró con una actuación sencillamente espectacular. Recuerdo el titular de mi crónica: "Willian José es una bestia". No escucharán ni leerán ninguna crítica mía sobre el acierto en su contratación, ni sobre su nivel futbolístico. Me acuerdo también que en la primera entrevista que le hice, en la que tuve que afinar el oído en varias de sus respuestas para entenderle, me reconoció que se consideraba un delantero con alma de centrocampista, como acreditaba su afán por aparecer en posiciones más retrasadas.

Mientras seguíamos pensando que era nuestro hombre, que ningún otro delantero encajaría mejor en la Real, las lesiones fueron mermando su continuidad y, lo que es peor, los procesos de recuperación hasta regresar a su mejor estado de forma, lo que provocó que le costara muchas veces llegar al área después de pivotar. Pese a todo, nunca escuchó ni el más mínimo reproche de una grada que le perdonó todo y siempre fue muy bien tratado por los medios locales, salvo, como es lógico, cuando jugaba mal. Una de las cualidades de su carácter que más nos gustaba era precisamente que era "muy poco brasileño". Cuando comencé mi carrera como periodista y después de que un jugador y su agente me la trataran de liar muy gorda hasta que saqué la grabación y demostré que me había dicho palabra por palabra el titular que había puesto, un veterano entrenador, con muchos amigos en aquel país para que no se molesten los más sensibles, me comentó: "Nunca te fíes de un futbolista brasileño". Que se lo pregunten a David Moyes, que pidió el fichaje de Jonathas y en la primera semana de entrenamientos en Zubieta comentó a la directiva que se habían equivocado. Quizá fue esta circunstancia la que me provocó que siempre recelara de él y de su actitud.

Poco a poco han ido apareciendo los reproches y todos los veranos ha tocado la puerta del despacho de Jokin Aperribay. Todos. Así son los futbolistas hoy en día. Que si Garitano no le daba libertad, cuando solo le pedía que le quería en el área porque era el delantero centro; que si no hablo con los medios de aquí porque me han dado palos; que si me han traído a Isak y no me gusta y me pico y no respiro Le disculpo tres cosas: la Real nunca fue en serio a comprar el 30% propiedad del Maldonado; el pasado verano la dirección deportiva le sacó al mercado; y estos días ha habido una campaña informativa claramente orquestada para edulcorar la marcha de un futbolista clave. Si Aperribay considera que cobrar menos de la mitad de su cláusula a otro grande de Europa, como ya hizo con el PSG por Yuri, al chairman Levy, que le sacaría los ojos si pudiera en la negociación, casi al límite del cierre de mercado y con la urgencia que tiene por la lesión de su estrella Kane, una de dos, o cada vez que escucha 30 millones de euros se le ponen los ojos como el símbolo del dólar o es que no nos ha contado toda la verdad sobre la situación económica. A partir de ahora que se rebajen las alabanzas acerca de su supuesta extraordinaria habilidad negociadora, porque estas dos operaciones cuesta entenderlas y digerirlas. Pero lo siento, no eres nuestro hombre Willian. No has estado a la altura y no has entendido nada. Lo de menos es que llames mentirosa a la prensa. Esa simplemente es la enésima señal de que vives mal asesorado en una burbuja en la que perdéis hasta la noción de la realidad. A nosotros nos da igual, aunque no lo creas, porque, pese a que somos profesionales, la mayoría sentimos mucho más los triunfos de la Real que tú y lo único que realmente nos ha importado es que metieras muchos goles. Pero solo se os pide una cosa, respetar el escudo y a la afición. Y en tu caso, además, el sagrado 9 txuri-urdin. Borrarse de un partido decisivo con la Real está penado con el destierro del afecto que te habías ganado. Si lo protagonizas después de cuatro años jugando en este club que se hace querer tanto, con una hinchada más fiel y sentida que ninguna, lo purgarás con su indiferencia de por vida. Y si lo haces siendo su referencia ofensiva y se te necesita para ganar una final, tu punición será que no te echará en falta nadie. Ni tus compañeros, a los que no has pedido ni perdón. Willian José ya es historia. Si te quedas, tendrás que empezar otra nueva en negativo y esa ya no le interesa a nadie. ¡A por ellos!