donostia - El 2019 se esfuma. Y lo hace, en clave realista, dejando una estela de buenas noticias que dotan al habitual balance anual de un carácter indudablemente positivo. La trayectoria del primer equipo txuri-urdin marca en gran medida la evaluación, habiendo implicado una notable mejoría respecto a la situación de hace doce meses. Pero es que el crecimiento experimentado sobre el césped se ha trasladado a otros ámbitos de gran notoriedad. El club es ahora más club con un campo de fútbol moderno, cerrado y terminado. Y el nacimiento del nuevo Anoeta ha traído consigo un importante auge de la masa social, traducido en un incremento récord en el número de abonados. Todos disfrutan viendo jugar a la escuadra de Imanol, cuyo rendimiento alimenta el buen ambiente y los masivos aforos. Se ha generado, en definitiva, un círculo vicioso, en el sentido más feliz de la expresión, que dota a la institución de una salud envidiable a todos los niveles.

el equipo Hablar del 2019, en lo futbolístico, es hablar de la Real de Imanol. Su llegada al banquillo, en sustitución de Asier Garitano, coincidió con el cambio de calendario. Y se produjo con el equipo en delicada situación. Tras 17 jornadas de Liga, era 15º en la tabla con 19 puntos y solo aventajaba en tres a la zona de descenso. El triunfo del 6 de enero en el Santiago Bernabéu (0-2) supuso el punto de inflexión que necesitaban los txuri-urdin. En cuanto a resultados y en cuanto a propuesta. Dentro de un camino con sus lógicos altibajos, la Real no volvería a mirar desconfiada a la zona baja. Y además escapó de la misma ejecutando un estilo más acorde a las características del plantel: intención protagonista, juego en campo rival, la posesión como herramienta innegociable y presión media-alta para tratar de ahogar al adversario. A mediados de abril, todo apuntaba a un epílogo gris, sin objetivos clasificatorios. Pero tres triunfos consecutivos contra Getafe, Alavés y Real Madrid otorgaron serias opciones europeas de cara a la última jornada. Si la Real llega a ganar al Espanyol en Cornellà, habría terminado séptima, obteniendo el billete para la antigua UEFA. Perdió y se quedó sin premio.

Con el pitido final de aquel encuentro comenzó el verano. El verano de Imanol y de Roberto Olabe. Idearon juntos un equipo para avanzar varios pasos en el camino mostrado desde enero. Un equipo técnico y con gusto por las combinaciones, pero al mismo tiempo vertical, directo y profundo. Ambos, cada cual en su materia, completaron un gran trabajo. El gasteiztarra, acertando con las herramientas adquiridas en el mercado. Y el de Orio, puliendo la idea durante una pretemporada que dio de sí. El resultado actual de toda aquella labor se refleja en la clasificación de la Liga, con la Real quinta. También en las sensaciones que ofrecen los txuri-urdin, uno de los equipos más atractivos de Europa. Enganchan a su gente, como resulta lógico. También al espectador neutral.

la cantera Hoy es el día en que solo cuatro futbolistas formados en Zubieta integran la alineación tipo del entrenador. ¿Supone el de la cantera el único lunar del año? Difícilmente puede manifestarse algo así cuando en abril Martín Zubimendi se convertía en el noveno potrillo del pasado curso en debutar en Primera. En cualquier caso, dejando de lado las estadísticas, cabe destacar a la hora de ensalzar el papel del vivero txuri-urdin que sus niveles de protagonismo en la plantilla y en el once no pueden disociarse de los mencionados cambios en la propuesta futbolística del equipo.

Zubieta ha venido trabajando durante los últimos años en base a una ocupación de los espacios y a un gusto por el esférico que se conservan. Pero el matiz de agresividad ofensiva y de electricidad que los Odegaard y Portu han dado a esta Real no se ha venido observando en las categorías inferiores. Roberto Olabe inició su carrera entrenando en la cantera y siempre ha sido proclive a promocionar a los jóvenes. Pero también se ha propuesto, antes de activar de forma definitiva "el mapa de sucesión", introducir en los canteranos ese nuevo chip que les va a requerir su futura presencia en la élite. Tardaremos tiempo en poder evaluar los resultados del proceso.

el club El crecimiento de una institución deportiva suele venir dado, en circunstancias normales, por pasos tan pequeños como continuos, por avances propios del día a día a los que esta Real de presupuesto récord (112 millones de euros) no es ajena. Dentro de la vía de digitalización tan destacada por Jokin Aperribay, la adaptación del club a los nuevos tiempos resulta innegable, lo que implica su mejoría como entidad. Sin embargo, 2019 ha sido distinto para la Real Sociedad en todo este sentido. Porque esos pequeños pasos han seguido dándose. Pero la institución también ha protagonizado uno gigantesco. El nuevo Anoeta, con capacidad para más de 39.000 espectadores y sin pistas de atletismo, es una realidad.

Es una realidad y una herramienta. Porque el presidente no se ha cansado de repetir que la magnitud del estadio supone una variable clave para el posicionamiento del club mirando al futuro. Así resulta en clave de derechos televisivos de la Liga. Y así va a resultar a la hora de encarar el nuevo panorama en las competiciones continentales, aún indefinido, que espera a partir de 2024. La fecha parece lejana. Pero los fogones en las altas instancias ya están encendidos, para cocinar a fuego lento el próximo contexto europeo.

la afición 2018 arrancó para la Real con 22.707 abonados. Dos años después, 2020 lo va a hacer con 34.119 socios txuri-urdin. Se trata de una consecuencia directa de la reforma del estadio. Así que el gran reto no ha consistido en alcanzar la cifra. El gran reto va a consistir, a partir de ahora, en conservarla o incluso en incrementarla. No deja de suponer una fenomenal noticia, en cualquier caso, que la familia blanquiazul haya crecido durante los últimos meses, al abrigo de un Anoeta más cómodo, funcional y tendente a emocionar al aficionado, por una simple cuestión de cercanía.

La Real ya ha jugado ocho partidos en casa este curso. Y la media de asistencia en los duelos ha sido de 30.337 espectadores, en un contexto además de horarios de todos los colores. Puestos a dar con un termómetro que calibre todo lo bueno sucedido en 2019, he aquí el más fiable.

Tabla con los 17 equipos que han competido en la máxima categoría durante todo el año. Se han celebrado 39 jornadas.

1. Barcelona89

2. Real Madrid75

3. Atlético de Madrid74

4. Valencia67

5. Athletic65

6. Getafe64

7. Real Sociedad62

8. Sevilla61

9. Villarreal53

10. Levante48

11. Betis47

12. Eibar45

13. Espanyol42

14. Alavés41

15. Valladolid40

16. Leganés39

17. Celta34