donostia - Una lucha sin tregua hasta el final. Esta liga loca, como la han definido muchos de sus protagonistas, promete emociones fuertes. Si tras los zarpazos de la semana pasada en el Pizjuán y en el Bernabéu, el título cada vez parece más teñido de color azulgrana, la lucha por Europa y por el descenso prometen emociones fuertes.

A nadie se le escapa que las tres primeras plazas estás asignadas a los tres gigantes, a los que resulta complicado hacerles frente debido a las diferencias presupuestarias que se retroalimentan cada temporada con su participación sellada casi de antemano para la Champions. El cuarto puesto también va a centrar una gran atención, sobre todo porque hasta la fecha se han colado dos invitados inesperados como el Getafe y el Alavés, cuarto y quinto respectivamente, tras sus meritorios triunfos en el Villamarín y El Madrigal del pasado fin de semana. Pese a que han sido varios los realistas que se han mostrado ambiciosos y han apuntado a la cuarta plaza como un posible objetivo, todo parece indicar que con los citados resultados y la derrota ante el Atlético se han quedado demasiado lejos para soñar con horizontes de grandeza. Son ya siete los puntos que les separan de los getafenses, que tienen que pasar por Anoeta, y cinco de los vitorianos, a los que deben visitar.

Por si fuera poco, los donostiarras son actualmente novenos, porque entre medias se encuentran los tres favoritos para aspirar a la última plaza de la Champions y a las dos que, en principio, adjudica la Liga a la Europa League: Sevilla y Valencia, que deben jugar en estas dos semanas eliminatorias de octavos de final ante Slavia de Praga y Krasnodar, respectivamente, y Betis.

Esta ya parece claramente la batalla en la que se va a tener que centrar la Real en las doce jornadas que restan para el final del campeonato, salvo que encadene una serie de victorias consecutivas que le permita aspirar a la competición más importante de clubes.

De primeras, hay una cuestión a tener muy en cuenta, y es que por el momento el Valencia, finalista de la Copa del Rey, es séptimo, por lo que no figura entre las seis primeras plazas, lo que significa que, de acabar así, y si logra derrotar al Barcelona en el partido decisivo, dejará sin premio a la séptima plaza del campeonato regular. Como es uno de los conjuntos de moda en estos momentos y su potencial continúa siendo bastante grande, parece complicado que no se cuele en los puestos europeos, por lo que lo lógico es que el séptimo obtenga el pasaporte, como está sucediendo en los últimos años. Eso sí, con las tres previas de verano todavía por afrontar.

En este sentido, la Real ha reaccionado bien con Imanol y el disgusto ante el Atlético no le ha descolgado en la tabla de la que era su principal aspiración de este curso, al que tanto le gusta denominarlo como de “transición” por sus gestores. Los guipuzcoanos son novenos, a solo dos puntos de Valencia y Betis, séptimo y octavo empatados con un punto más, y a dos del sexto, el Sevilla, al que rinde visita este domingo. Es decir, al que puede incluso superar si es capaz de asaltar su estadio, lo que podría desencadenar una tormenta que se lleve por delante hasta a su entrenador.

La clave de todo puede estar en que la Real se va a enfrentar a varios de sus rivales directos que le preceden o que se encuentran en la batalla. Por Anoeta desfilarán el Betis, con el atractivo de vengar la eliminación copera; el Eibar, que a la chita callando también está bien situado y con Europa a tiro de un partido; el Getafe, que dinamitó el anterior proyecto con su victoria del curso pasado que costó la cabeza a Loren y Eusebio, y; el Real Madrid, que casi con toda seguridad comparecerá sin nada en juego de importancia, ya que de continuar así estará todo el pescado vendido. Por el contrario, también deberá sumar fuera si pretende alcanzar su meta con los viajes al Pizjuán, Barcelona y Vitoria. Si dividimos la exigencia de los encuentros por la categoría ordinaria y extraordinaria, sin duda va a tener que fallar muy poco en los primeros y firmar alguna hazaña en los segundos. Sin olvidar que afrontará el reto de ganar por primera vez en los estadios de los tres equipos que nunca han descendido, después de haber sido ya capaz de llevarse los tres puntos de San Mamés y del Bernabéu.

El Eibar, por su parte, se encuentra a un punto de la Real. Los armeros van a afrontar encuentros difíciles en su estadio, donde siempre se han sentido fuertes, por lo que si continúan con el nivel y con la regularidad que están acreditando en lo que llevamos de segunda vuelta, contarán con muchas posibilidades de meterse por primera vez en su historia en la verdadera batalla por clasificarse para una competición europea. Una hipotética gesta que supondría alcanzar lo último que le ha faltado por saborear desde que recaló en la elite.

Tampoco se puede pasar por alto que detrás del Eibar, con solo un punto menos, se encuentran igualados Leganés, Athletic y Espanyol. No se puede descartar que alguno se incorpore porque las dinámicas sobre todo de los dos primeros es ascendente. Lo cierto es que cuando impera la igualdad la Liga tiene un color especial. Y emocionante.