Puede ser porque tengas síntomas de covid o quizás porque una persona cercana lo tiene, quizás porque formes parte de algún estudio o incluso porque seas un trabajador de riesgo, sea como fuere tendrán que hacerte un test.

Pueden introducirte una especie de torunda de algodón por la boca y la nariz (en ese orden) o te pueden sacar sangre. Lo primero es lo que se denomina prueba RT-PCR, aunque ya se ha popularizado como PCR a secas, y sirve para saber si estás contagiado en este momento. Es el que te pedirá tu médico si tienes síntomas o has estado en contacto con algún positivo. Es el test más seguro y revela si estás enfermo o no lo estás. Se tardan de tres a seis horas en conocer el resultado.

Pero si la técnica es un pinchazo en el dedo (test rápido) o extraen sangre en el brazo (ELISA) lo que se busca son los rastros que deja la enfermedad, es decir los anticuerpos. Con estas pruebas la cosa se complica porque puedes ser positivo y no estar contagiado o puedes dar negativo y estarlo. Además el test rápido tiene una fiabilidad de entre un 64 y un 80%, aunque el resultado no tarda más de 15 minutos. Para saberlo con certeza se necesitaría una prueba PCR.

El test en la sangre es una prueba serológica, que busca unos anticuerpos que se producen cuando se ha estado en contacto con la enfermedad. Has podido estarlo hace tiempo sin que te hayas dado cuenta y haber sido 'asintomático'. El test lo detecta y da positivo, pero no estás contagiado. En palabras del Ministerio de Sanidad: "Este test no diagnostica la enfermedad. Haber tenido contacto con el coronavirus no significa estar enfermo".

También se puede dar negativo, pero estar contagiado porque todavía no hayas generado los anticuerpos. Aquí Sanidad señala: "Un resultado negativo en el test rápido no demuestra que usted está libre de la enfermedad".

Si se da positivo pero no se tienen síntomas lo más probable es que el contagio haya pasado. Y si se da negativo pero se tienen síntomas compatibles con la enfermedad hay muchas posibilidades de estar enfermo y no haber generado todavía anticuerpos. Para salir de dudas, PCR.

Los test serológicos sirven principalmente para estudiar la exposición al virus y conocer datos epidemiológicos, sobre todo de los asintomáticos. Pero también si el paciente lo ha pasado tan leve que no le ha dado importancia o si lo ha confundido con otra enfermedad y lo ha conseguido superar.

Pero dentro de los test serológicos, los de sangre, has test más o menos fiables. La estrella de estas pruebas se llama ELISA, pero no por ninguna mujer, son las siglas de enzyme-linked immunosorbent assay . Con esta técnica de laboratorio se buscan en la sangre 'inmunoglobulinas' en las que ha podido dejar su rastro el coronavirus.

Concretamente buscan dos: la igG y la igM que aparecen con distinta intensidad y en distinta fase de la enfermedad. Una antes que la otra y una durante más tiempo que la otra. La igM sería como la alerta más temprana y fugaz y la IgG la última en enterarse pero que dura más tiempo.

Cruzando los resultados de las dos se obtiene más información a la vez que complica aún más su interpretación.

Información de la Consejería de Sanidad de La Junta de Castilla y León

De las seis combinaciones de resultados de estos test, en tres de ellas de hace imprescindible o muy recomendable la realización de una prueba PCR.

Este coronavirus es escurridizo, agresivo, mortal, desconicido y complicado de detectar precozmente. Pero las pruebas rápidas están evolucionando y cada vez son más fiables y certeras.