El llamamiento de Felipe VI a la responsabilidad para evitar el “riesgo de una erosión de las instituciones” españolas, así como de la convivencia, llevó a PSOE y PP a enterrar durante unas horas el hacha de guerra evitando cualquier autocrítica y aparcando también los reproches al adversario. Pero tanto desde Unidas Podemos como desde el mundo soberanista se censuró la indefinición del rey así como su afán en huir de la cuestión territorial del Estado.

El constitucionalismo, una vez más, aunque con matices, optó por cerrar filas junto al rey. “Demuestra que tenemos un jefe de Estado consciente de los desafíos del país, europeísta y sabedor de que solo desde la unidad, el respeto a la Constitución y la integridad de las instituciones en tiempos difíciles, España puede avanzar”, escribió el PSOE en su cuenta de Twitter.

“Una vez más acertó en el diagnóstico”, suscribió la presidenta del partido, Cristina Narbona.

Desde el PP, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, coincidió en el análisis: “Compartimos el gran discurso en defensa de la Constitución, el legado de la Transición y la fortaleza de las instituciones ante los desafíos que enfrentamos. Confiamos en España y en el futuro que podemos construir unidos”. Su número dos, Cuca Gamarra, añadió: “Felipe VI nos muestra el camino con sus llamadas a la concordia, los valores constitucionales y el interés general”.

Más a la derecha, Vox se agarró a la sentencia del rey respecto a que “los españoles tenemos que seguir decidiendo juntos nuestro destino”; y desde Ciudadanos, Inés Arrimadas, vio “un discurso a la altura de la gravedad del momento que vive España, acertando enormemente al indicar las soluciones: unidad, convivencia y unas instituciones fuertes”.

Reproche ‘morado’

En el Ejecutivo español de coalición afloraron la diferentes sensibilidades. El diputado de Unidas Podemos Roberto Uriarte no entendió que describiera el actual escenario “como si esto fuera un fenómeno meteorológico, cuando para nosotros es una estrategia” de la derecha frente a la cual “es fundamental la unidad de la coalición de gobierno y de las fuerzas del bloque de investidura que lo apoyan”.

Además, precisó que tampoco mencionó que, en este momento, hay “una situación económica y un escudo social importantes”, que están permitiendo “recuperar derechos”, se cuenta con “una de las menores inflaciones de Europa y que, en plena crisis, hay más personas trabajando y cotizando a la Seguridad Social que nunca en la historia”. Su compañero Rafa Mayoral tildó el discurso de “decepcionante” al hablar del deterioro de las instituciones pero “no de la Corona”, y cree que por su “falta de legitimidad democrática” no puede “cumplir con la función de arbitrar” los poderes del Estado, que “se deben someter a la soberanía popular”.

Al margen de la pleitesía de los presidentes autonómicos, desde el PSOE salió sin embargo a la palestra el díscolo Odón Elorza para tirar de su habitual ironía en un tuit: “Qué decepción. Y luego de propina en TVE... Raphael. Va de retro”.

Reproches de PNV y EH Bildu

El PNV emplazó al monarca a “aceptar la realidad de las naciones”, con las modificaciones constitucionales que implicaría. Así lo subrayó el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, que profundizó en tres puntos del discurso: el primero, en el que el rey apelaba a la Carta Magna, afirmando el dirigente nacionalista que Felipe VI “debería darse cuenta de que hay colectivos amplios que no han estado nunca de acuerdo con la Constitución, y algunos de los que estuvieron, hoy en día la cuestionan”.

“Debería haber hecho más énfasis en otras de sus palabras, en que han pasado 45 años como él mismo dijo, hablando al final de su discurso de un permanente espíritu de adaptación y renovación a los tiempos; pues eso, que se adapte”, consideró Esteban, que en segundo lugar aludió a la mención al deterioro de la convivencia, donde el PNV no se siente interpelado. “Defendemos nuestras convicciones de manera firme pero educada y correcta”, aseguró.

Asimismo, el jeltzale afeó que el hijo del emérito repartiera culpas “de una manera generalizada sin apuntar a nadie, y tampoco se sabe a qué deterioro se refiere exactamente, si a los últimos acontecimientos del Tribunal Constitucional o del Consejo General del Poder Judicial”. “Mas allá de todo eso”, Esteban le recordó que “es una cosa que está en sus manos directamente porque él ocupa una de las instituciones, la jefatura del Estado, y seguimos asistiendo a una serie de escándalos relacionados con su padre”. “Él lo tiene fácil si quiere ayudar a que esa erosión de la instituciones termine, en lo que corresponde al menos a la suya: que se limite la inviolabilidad del rey a las funciones públicas. ¡Que se aplique el cuento!”, apeló el portavoz del PNV.

Por su parte, el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu calificó el discurso del monarca como “vacío de contenido” y en el que obvió el tema territorial. “El rey pone de ejemplo el espíritu de la Transición con palabras huecas que lo único que buscan es legitimar su figura. Un tostón soporífero indeterminado para que cada uno entienda lo que quiera”, criticó el dirigente de la coalición abertzale. A su juicio, el alegato “llama más la atención por lo que no dice. No se ha referido a los asuntos más graves del año, ni a la tragedia de Melilla, ni a Pegasus, ni al golpe del Tribunal Constitucional”.

“La semana de la mayor crisis institucional en el Estado, ha preferido hablar indirectamente de la erosión de las instituciones. ¿Es por su deber de neutralidad? No la tuvo el 3-O, y si la Constitución le encomienda la moderación y el arbitrio, ¿qué ha hecho?”, se preguntó Iñarritu. “Hablando de erosión institucional, la monarquía misma sigue puesta en entredicho”, añadió el político soberanista, para quien “cada vez hay más gente que se pregunta para qué sirve un rey”.

ERC: “no es ejemplo de rectitud”

Desde Catalunya, y en la tradicional ofrenda anual ante la tumba de Francesc Macià, el president Pere Aragonès indicó que la monarquía española “no es ejemplo de rectitud ni de integridad”. “Nos reafirmamos más que nunca en nuestros valores republicanos, que están muy alejados del discurso del rey y de la estructura institucional del régimen del 78 que tratamos de superar con trabajo”. Paralelamente, el portavoz republicano Gabriel Rufián publicó en las redes sociales una foto de Felipe VI, de niño, dando la mano a Franco, reflejando la siguiente frase: “No hay que olvidar nuestros orígenes”.