Javier Gomá (Bilbao, 1965) intervino el miércoles en Civican. Para este filósofo, “la especie humana es bastante adaptativa, bordea a veces los abismos, pero logra finalmente soslayarlos”. Advierte de que el progreso no es lineal, y a veces trasciende una generación.

La sociedad camina entre impactos.

La gente sufre un malestar. Casi todo el mundo protesta, siente una cierta angustia, tiene desazón o hastío, y lo proyecta en forma de crítica o a veces de acción. No creo que haya habido una época en la historia con más causas o reivindicaciones sociales.

Hay quien dice que se adolece de movilización, y que a inicios de los 80 había más gente en la calle.

–Es posible que entonces hubiera mucha más movilización social en las grandes ciudades reivindicando causas políticas, pero hoy hay una enorme sensibilidad por el tema de la mujer, de los homosexuales, inmigrantes, el clima, la vejez... estamos colmados de causas sociales que son dignas de protección. Hay una gran tendencia a la culpabilización y al malestar, y un juicio genéricamente negativo para nuestra época. Si usted pregunta a profesores o a especialistas, apuesto que el 95% de posibilidades es que hablen relativamente mal de nuestra época. De cómo tratan a los jóvenes, a los investigadores, de los políticos que tenemos, de que los viejos están abandonados, de que estamos llenos de adicciones al móvil. Hay una tendencia general enfadosa, y sin embargo, he defendido muchas veces aquello de que vivimos el mejor momento de la historia universal. Es que es obvio. Y la prueba es que si yo le pregunto en qué otra época le gustaría vivir me va a decir que ahora. Si pregunto a los enfermos, pobres, homosexuales, mujeres, presos, parados o quienes tienen alguna discapacidad, dirán unánimamente que ahora. Por tanto, algo hemos hecho bien, y deberíamos sentir una especie de orgullo colectivo. ¿Usted ha oído en su vida profesional a alguien que diga que vivimos el mejor momento de la historia universal?

Sí se habla del progreso...

–En términos materiales, en esperanza de vida, tecnología... Pero le digo en sentido moral. ¿Por qué siendo el mejor momento de la historia la gente sufre malestar? Paradójicamente, cuanto más refinado, culto es un profesor o escritor, más tendencia hay a la condenación, abominación y demonización del presente. Como si eso además te diera una especial lucidez. Una de las razones del malestar es paradójica y constata el progreso. Si tienes una mayor sentimiento de dignidad, mayor es el número de veces en que se vulnera esa dignidad. Incluso una parte del enfado corrobora es ese mayor sentimiento de dignidad. Pero lo que no me gusta y me produce cierta impaciencia es la insistencia en una especie de negatividad, derrotismo, decadencia, que en época de crisis se acentúa mucho más. l