La votación de ayer en el Congreso sobre la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN provocó ayer un cisma en el grupo parlamentario de Unidas Podemos. Y es que los diputados de Izquierda Unida se posicionaron en contra mientras que los de Podemos se abstuvieron. Para más embrollo, el líder de IU, Alberto Garzón, no siguió a sus compañeros de partido y optó por la abstención.

De esta forma, los representantes de IU sin responsabilidades ejecutivas (Enrique Santiago, Roser Maestro, Miguel Ángel Bustamante y José Luis Bueno) se opusieron a la entrada de ambas naciones escandinavas en la OTAN, mientas que Garzón, que es miembro del Gobierno, se decantó por la abstención.

Desde IU quitaron hierro a la división y aseguraron que el debate dentro del grupo confederal sobre el sentido del voto se ha desarrollado con “total normalidad y entendimiento” entre las distintas formaciones que lo integran” y atendiendo a sus protocolos de funcionamiento.

La formación ya deslizó el pasado lunes, por medio de su portavoz federal Sira Rego, que no iba a respaldar la medida pero no desveló el sentido de su voto, aunque explicitó que IU se ha mostrado en contra de la Alianza Atlántica, postura histórica que abandera desde su nacimiento.

Por su parte, Podemos se decantó por la abstención dado que, por un lado, defienden una mayor autonomía estratégica de la UE sin subordinación a los intereses de Estados Unidos y, por otra, respetan la decisión soberana de amos países comunitarios.

Así las cosas, el Congreso avaló ayer por la tarde la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. Los dos acuerdos fueron remitidos al Parlamento en el Consejo de Ministros del 1 de agosto, pero hasta la pasada semana no pudieron ser calificados por la Mesa del Congreso porque los dos meses de verano están fuera del periodo ordinario de sesiones.