uando una se dedica a la cosa pública en el terreno de la política, tiene que distinguir claramente la crítica del ataque. Con el segundo no merece la pena perder más tiempo que el necesario en analizar cuánto hay en él de cierto. La primera siempre es mucho más rica en su contenido porque, esté basada o no en hechos ciertos, siempre expresa la visión que la sociedad o parte de quienes la conforman tienen del trabajo que realizamos en la defensa del interés general.

Por eso, cuando en las últimas horas se critica si Geroa Bai en calidad de socio de Gobierno del PSN ha tirado la toalla en materia de política lingüística, y más concretamente en relación al euskera, no solo me sacude la desazón de que ninguno de nuestros actos ni en el Gobierno ni en el Parlamento pueda hacerlo pensar, sino que me urge la necesidad de desmentirlo para batallar también lo que no puede ser sino una impresión. Una impresión que no me gustaría ver extendida, o incluso utilizada para el ataque.

Y lo hago además para responder a la columna de una de las opiniones periodísticas que más respeto, como es la de Aingeru Epaltza.

Criticaba Epaltza el pasado martes la postura del PSN de rechazar la valoración del euskera en zona no vascófona, allá donde sí puntuarían inglés, francés o alemán. No creo que sea necesario decir que no solo comparto la crítica -como el resto de mis compañeras y compañeros en Geroa Bai-, sino que desde Geroa Bai trabajamos y seguiremos trabajando el tiempo que sea necesario para superar esta situación: no solo la posición del PSN, sino la que comparte un nada despreciable número de ciudadanos navarros. De momento, mayoría.

En la misma columna se afirmaba: "Incluso se diría que Geroa Bai, socio de los socialistas, haya tirado la toalla en algo que produce ampollas en su propio electorado. El viernes pasado ni aparecía en las prioridades señaladas a este mismo periódico por Uxue Barkos".

Bien, ya he dicho al inicio de estas notas que la crítica debe preocuparnos incluso cuando los datos no son ciertos, así que precisamente porque en este caso no lo son quiero detallarlo.

En la rueda de prensa que en calidad de portavoz de Geroa Bai en el Parlamento de Nafarroa ofrecí el pasado jueves 2 de septiembre señalé nuestras prioridades para este curso político que arranca. Entre ellas, textualmente: "Materias que trabajaremos a lo largo de este curso parlamentario con una cierta urgencia y referidos a algunos de los asuntos que dibujan algunas de las mayores preocupaciones en política: en materia de vivienda... En materia de euskera, y en el ecuador de la legislatura, el impulso definitivo del Plan Lingüístico de los Departamentos del Gobierno de Nafarroa, liderado por la consejera Ana Ollo... En materia de transferencias...". Es cierto que a este apartado no le dediqué la extensión que sí al precio de la luz o a la situación de la Atención Primaria en Salud. Pero no es menos cierto que el anuncio del impulso definitivo del Plan Lingüístico en la Administración Foral es clave de bóveda indiscutible para el avance del euskera, para el reconocimiento de los derechos de los euskaldunes en Nafarroa y clave de bóveda, en fin, para el respeto que los euskaldunes de Nafarroa y nuestra realidad lingüística nos merecemos.

El euskera sí aparecía en las prioridades de Uxue Barkos y de Geroa Bai para este próximo curso político; pero no por ello rehúyo la crítica.

No, no hemos tirado la toalla: ninguna, y tampoco la del euskera, por más que la política del relato frente a la política de los hechos haya extendido la idea de que hubo imposición donde no hubo sino reivindicación y cuidado de la lengua propia y de los derechos de sus hablantes.

No hemos tirado la toalla para trabajar, incluso desde la discrepancia con el PSN en esta materia, por una sociedad que vea superadas insensateces como las de valorar cualquier lengua extranjera por encima del euskera.

Pero mientras trabajamos sin aspavientos por superar situaciones como esta, lo seguiremos haciendo también por asentar políticas que en materia normativa, presupuestaria y social fortalezcan al euskera como lengua propia de Nafarroa y asienten en la normalidad los derechos de las y los euskaldunes de Nafarroa, como nunca en nuestra historia reciente se ha vivido en estos seis años.

Portavoz de Geroa Bai en el Parlamento navarro