¿Cómo es posible que no se pueda contener esta escalada en la factura de la luz? No es ni sostenible, ni razonable lo que está ocurriendo. Si queremos bajar el precio, hay que producir energía barata. No hay más

ensar que veíamos septiembre ahí, como siempre, con su vuelta a todo, a los días de siempre, que nos iba a entrar el bajón y, nada de eso, estamos de subidón. Nada tiene que ver con lo cotidiano. Tampoco con el Salario Mínimo Interprofesional. Estamos de subidón continuo por los escandalosos y, parece que incontenibles, precios de la electricidad. Un subidón que nos afecta a todos y cada uno de nosotros: familias, trabajadores, empresarios...

Apliquemos el sentido común. ¿Cómo puede ser que en un lugar donde el Sol, con mayúsculas, es no solo fuente de energía, sino la principal atracción turística y reclamo para millones de visitantes, no sepamos aprovecharlo? Estamos peor que Reikiavik. Allí, en la capital de Islandia, saben bien lo que es explotar sus propios recursos, sus ventajas respecto a los demás. No tienen sol, pero sí un gran potencial de calor bajo sus pies. Y lo utilizan. Nosotros seguimos sin encontrar el camino, viendo pasar Gobierno tras Gobierno sin que nada se haga. ¿Cómo es posible que no se pueda contener esta escalada? Seguro que hay muchas razones de una complejidad técnica y, sin duda, política importantes para explicarlo. Que si no queremos nucleares, que si las tarifas fijas, que si el precio del gas se ha disparado, que si los impuestos... Pero, créanme, el resultado final es claro. No es ni sostenible, ni razonable lo que está ocurriendo. Si queremos bajar el precio, hay que producir energía barata. No hay más.

Y si la inflación sigue disparada, los perjudicados somos todos, en conjunto, sin remedio. Qué decir si esto se produce en un momento crítico para la recuperación tras la pandemia.

Sin duda gobernar es algo muy complicado, se tiene mucha información y se toman decisiones muy difíciles, pero, miren, en esto consiste tener responsabilidades. Es su trabajo y su obligación contener este subidón que nos va a dejar a todos fuera de juego.