finales de los años 60, la generación de personas resistentes que comenzamos en la clandestinidad a organizarnos e impulsar movilizaciones contra la dictadura y por mejorar nuestras condiciones de vida y trabajo, partíamos de cero, sin experiencia y sin ninguna relación con las organizaciones sindicales anteriores.

A diferencia de la UGT, CNT y STV, la razón que une a nuestra generación no es ideológica, sino que surge como la necesidad de una pelea común frente a la patronal y la dictadura. Así es como nacen, a comienzos de los 70, los primeros grupos de fábrica; en la Unión Cerrajera como Grupos de Base y Unos trabajadores. En ELMA, con el nombre de Unos Trabajadores. En las cooperativas (Ulgor), con el nombre primero de Unos trabajadores y después UTC (Unión de Trabajadores Cooperativistas). Estas tres empresas eran, entonces, las más importantes de Arrasate, superando las dos primeras el millar de personas trabajando.

Hombres y mujeres trabajadores no teníamos ningún derecho: no podíamos organizarnos, ni ir a la huelga, no podíamos reunirnos ni en pequeños grupos ni en asambleas, no podíamos informar ni informarnos, no podíamos manifestarnos. Si por la vía de los hechos los ejercíamos, éramos despedidos, detenidos y encarcelados. Cualquier huelga era ilegal, todas las actuaciones de los huelguistas eran ilegales. Hasta 1965, estas actividades habían sido consideradas como delito de sedición.

En 1964, a raíz de la detención de Josu Otadui, militante de ELA, se realizó la primera manifestación obrera en la localidad y el 1º de mayo de 1968, es cuando por primera vez, las nuevas generaciones movilizadas alrededor de la lucha obrera, tomamos parte en una manifestación.

Esta comenzó en la plaza del ayuntamiento con los participantes dando vueltas en círculo. Poco a poco más personas iban entrando bajo la atenta mirada de los secretas de la guardia civil. Allí, se rompen periódicos, denunciando a la prensa adicta a la dictadura. El alcalde, Juan Manuel Azkoaga, nos pide que nos disolvamos. No se le hace caso y continuamos hacia el Portalón; de allí hacia la calle Ferrerías que resulta una auténtica encerrona. La guardia civil nos coge en bocadillo por los dos lados y comienza a golpear con sus fusiles. Fue tal la presión que hicimos que se abrió la puerta de un garaje, donde nos encerramos bastantes personas, mientras la Guardia Civil golpeaba la puerta.

El 8 de junio de 1968 es asesinado Txabi Etxebarrieta (liberado de ETA). Las movilizaciones son masivas con dirección y participación de mucha juventud. Destaca la brutalidad con que la Guardia Civil, bajo la dirección del capitán Jesús Muñecas Aguilar, reprime a manifestantes y a las decenas de detenidos que son salvajemente torturados.

En enero de 1969 se da una huelga de tres semanas de duración en ELMA.

Se llega al proceso de Burgos que comienza el 3 de diciembre de 1970. El Movimiento Obrero aparece como la gran fuerza anti-franquista dirigiendo las huelgas. Las movilizaciones contra las penas de muerte de los militantes de ETA son masivas y duran todo el mes hasta que son indultados.

En la Unión Cerrajera el Grupo de Trabajadores convocamos una asamblea de vanguardia (las personas más concienciadas de la fábrica) y decidimos comenzar los paros con una culebra por la fábrica (consiste en formar una hilera de personas que serpentean por los diferentes puestos de trabajo invitando a que otras personas se sumen a la misma). Era el 3 de diciembre, la primera vez que se paraba desde 1962. Después de juntamos tres personas en el almacén, iniciamos la culebra por la sección de Troquelaje y continuamos por la sección de Txantxiku. Paramos toda la fábrica, y así durante muchos días del mes. Este método de lucha, asamblea y culebra, lo repetimos en toda la década de los 70.

Además de la Unión Cerrajera de Mondragón se paró en todas las Sociedades Anónimas, como ELMA, Gamey, Ifam, Industrial Mondragonesa€ y en las cooperativas, Ulgor, Arrasate, Amat, Fagor Electrónica y también en la Escuela Profesional, hoy Mondragon Unibertsitatea.

En la Cooperativa Copreci de Aretxabaleta también se hizo una culebra que paró toda la empresa y salieron en manifestación al pueblo. En Oñati, pararon en Garay y en Cegasa; en ambas, tras sumarse a la huelga se concentraron delante de la empresa, sufriendo cargas de la guardia civil que llegó a entrar dentro de la fábricas presionando para que no se parara. En esta localidad pararon también en las cooperativas Enara y Ulma, los huelguistas de la primera se dirigieron a Altuna Hermanos, donde llego la guardia civil y los huelguistas de Enara entraron en Altuna, en la segunda pararon dentro de la fábrica y entro la guardia civil diciéndoles tenéis que trabajar. Se realizaron concentraciones dentro de las Iglesias, y a la salida cargaron los grises. En Bergara, pararon en Unión Cerrajera (Altos Hornos), Mayc, Algodonera, los trabajadores y trabajadoras de Torunsa (carretera de Elgeta en el barrio de San Juan), bajaron hasta el centro del pueblo, los talleres situados en el recorrido se sumaron a la huelga. Las manifestaciones multitudinarias sufrieron la violencia de los guardias civiles.

En algunas fábricas, quienes impulsamos estas movilizaciones fuimos las nuevas generaciones y lo hicimos clandestinamente, en otras empresas fueron los compañeros y compañeras organizadas en torno a Jurados y Enlaces.

Las movilizaciones en las fábricas y en la calle fueron apoyadas por todas las personas afiliadas a partidos políticos: PNV, Partido Comunista, Partido Socialista, ETA, ETA-VI, Movimiento Comunista€ Una de las consecuencias más importantes de estas movilizaciones fue poder agrupar a todos los antifranquistas en una lucha unitaria contra la dictadura y por las libertades políticas. Las movilizaciones masivas con la participación de miles de personas (en la primera manifestación de Arrasate participamos 5.000 personas), impidieron a la dictadura ejecutar las penas de muerte y, sobre todo, ayudaron a crear conciencia y confianza en sectores de la juventud trabajadora porque se demostraba que la represión de la dictadura no era invencible, que se podía derrotar al franquismo.

Este nuevo Movimiento Obrero que había empezado a organizarse a partir de 1969 en varias fábricas de la localidad, lo hacía unitariamente. En el Grupo de Base de la Unión Cerrajera, a partir de 1973 Comisión Obrera de la Unión Cerrajera, además de personas independientes políticamente, nos agrupábamos obreros de diferentes concepciones o militancias: ETA-V, LCR, ETA, Movimiento Comunista. En Elma, además de la Comisión Obrera se constituye también Comités Obreros. En las cooperativas, en Unión de Trabajadores Cooperativistas.

A partir de las movilizaciones de diciembre de 1970 hubo un importante desarrollo de las organizaciones políticas y sindicales, se generalizaron las luchas obreras y populares y se prepararon las condiciones para la última ofensiva contra el franquismo. Aún quedaban años duros de represión, especialmente con el asesinato de Puig Antich y el fusilamiento de los militantes de ETA y del FRAP, el 27 de septiembre de 1975, pero los días de la dictadura franquista ya estaban contados.

En la década de los 70, de las movilizaciones obreras en Arrasate impulsadas por esta nueva generación destacan: la huelgas solidarias con los huelguistas de IFAM en 1973 (que duraron tres meses), la huelga de la Unión Cerrajera de junio de 1974, la huelga de Ulgor y Fagor Electrónica del mes de junio de 1974, la huelga general político-sindical del 11 de diciembre de 1974, las huelgas contra las penas de muerte en 1975, la lucha solidaria y masiva contra los despidos de Gamey en 1976, la huelga general de marzo de 1976 contra los asesinatos de Gasteiz, la semana Pro Amnistía de mayo de 1977, la huelgas del convenio provincial del metal de los años 1977 y 1978, la lucha por el plus de relevo en la Unión Cerrajera en 1978 y los paros solidarios en la localidad, las huelgas generales de 1978 contra los asesinatos de Germán Rodríguez en Iruña y contra los asesinatos de Emili, Zapa y Roberto en Arrasate

Las consignas políticas que permitieron la unidad en la lucha fueron entre otras: ¡Libertad! ¡Abajo la dictadura asesina!, Disolución de los cuerpos represivos, Responsabilidades para los asesinos, Nosotros hermanos no olvidamos€. Se reivindicaba además el Derecho de Autodeterminación, la Amnistía para los presos políticos y la Amnistía laboral para las personas despedidas (en Arrasate, al finalizar la dictadura, había personas despedidas en empresas: Gamey, Ifam, Limsa (La Cucharera), Santiago Bastida, Bihurtu€, centros educativos: Ikastola, centros de salud: Centro Asistencial, y los 24 cooperativistas de Ulgor y Fagor Electrónica.

Las asambleas de fábrica como marco de unidad, la formación de culebras como medio de extender la lucha, los encierros en las empresas, las asambleas populares en la plaza del ayuntamiento o en Sebero Altube y en los barrios, las manifestaciones masivas€, fueron los métodos de lucha que más se repitieron durante todos estos años.

Lo ocurrido después en la transición no se correspondió con todas esas luchas que tenían como objetivo terminar con la dictadura. El pacto con sectores del franquismo, la amnistía para los asesinos y torturadores, la pervivencia de la misma policía, los mismos tribunales especiales, el mismo ejército, la impunidad con la que todavía hoy continúan campando, la reiterada negación de justicia por todos los crímenes cometidos€, nada de esto se corresponde con la lucha y los sueños de aquellos años.

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