stá la redacción un poco alterada estos días porque hoy, por si todavía no lo saben, estrenamos web. Nueva imagen, nuevo look para que ustedes, los lectores, sigan confiando en este periódico para informarse sobre las noticias que nos afectan a las y los guipuzcoanos. Y lo hagan de una manera más ágil y visualmente más atractiva. No es baladí este hecho cuando, como saben, el periódico en papel se ha convertido en un producto de consumo exclusivo de ciertas generaciones en adelante. Por eso, nuestra forma de trabajar se ha transformado completamente en los últimos años, aunque las buenas historias, esas que a priori sabemos que funcionan en papel o en Internet, siguen siendo nuestro leitmotiv. Ahora bien, en la última década más que nunca nos enfrentamos a otro reto ingente que nos trastoca también nuestro quehacer diario. Los bulos, las noticias falsas y la desinformación. Esas fórmulas malintencionadas que siempre han existido pero que, combinadas con las redes sociales, se mantienen al alza y han convertido nuestro trabajo en una labor infructuosa de desmentidos. Y, peor aún, nos restan credibilidad al meternos en el mismo saco de esa manida afirmación de que los medios mienten, cuando los que estamos a este lado nos dedicamos a contrastar lo que algunos seudomedios publican como verdad, verdad de la buena. l