ues ya está, ahora sí que sí, han llegado los productos light, pero los de verdad, los que hacen adelgazar porque consiguen la mágica fórmula de que comas menos. Hemos pasado del “a mí me daban dos” a que los yogures pasen del clásico formato de 125 gramos (8 yogures sumaban un kilo) al paga lo mismo y si comes efectivamente dos yogures al día dejas de zampar más de 3 kilos y medio al año. Quién quiere pagar más por un producto light si ya se encargan ellos de darte menos contenido del habitual. La cosa se repite con el colacao, la margarina, el fiambre del bocata y hasta el pescado congelado ese que rebozan con forma de cosas para que los chavales cenen algo más que macarrones, cuya marca líder también los ha cambiado de tamaño. Así que sumando las comidas, del desayuno a la cena, se nos va a quedar tipín. La cosa técnicamente se llama reduflación (reducir el contenido de los envases manteniendo o encareciendo el precio en un intento de que no te cosques) pero en el lenguaje de la calle se denomina tomadura de pelo y la OCU ha decidido denunciar a seis marcas que lo practican. Lo tienen complicado porque en el envase confiesan cuánto han sisado, así que legalmente cumplirán con la norma. Pero que nadie se extrañe si dentro de poco en los anuncios de yogures en vez de dos, nos animan a que comamos tres o cuatro.